sábado, 3 de septiembre de 2011

Las estrecheces de la higuera

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Las higueras nos ayudan a reflexionar. Buda meditó bajo un Ficus, árbol del mismo género, y accedió a la suprema iluminación. Nosotros, sin aspirar a tanto, hemos hallado algo de luz entre las hojas de la higuera (Ficus carica).



Comparando higueras de diferentes zonas del país observamos una evidente variabilidad en la forma y tamaño de sus hojas. En especial, su contorno puede ser ovalado y casi entero o exageradamente recortado habiendo una completa gama de diseños intermedios.


Las higueras prosperan en los paisajes mediterráneos. Encuentran condiciones óptimas allí donde el suelo es profundo y húmedo, el aire cálido y el cielo despejado. Ni el exceso de lluvias ni los hielos son de su agrado. Aún así, crecen en cualquier rincón de nuestra geografía: desde el Prepirineo y las frías tierras de la Meseta hasta el caluroso sureste, desde la Cornisa Cantábrica a las Alpujarras, o allende los mares en Baleares, Ceuta, Melilla y Canarias. Esto comporta una extraordinaria adaptabilidad, manifiesta también en la forma de sus hojas.


Madrileñizando una higuera burgalesa

Hace años efectué una sencilla experiencia agrícola plantando en Madrid algunos retoños tomados al pie de una higuera burgalesa. Mi intención era obtener higos de ese querido árbol que apenas logra madurarlos en el frío clima castellano. Al año siguiente uno de aquellos tallos maduró un higo entre mayo y junio. No solo obtuve desde entonces una modesta cosecha de higos, comprobé además que los bordes de las hojas, inicialmente casi ovales y sin apenas recortes, se fueron transformando.



A los pocos años las hojas de mis higueras madrileñizadas no se parecían en nada a las del árbol burgalés del que procedían. Acabaron siendo incomparablemente más recortadas y su consistencia mucho más correosa ¿Qué sucedió?



Sencillamente, las hojas casi enteras de la higuera de Burgos respondían a un ambiente sin falta de agua, junto a un pozo somero, con veranos no demasiado cálidos. Por contra, en Madrid, sujetas las higueras a riegos moderados y a un prolongado, tórrido y seco verano, recortaron su superficie foliar reduciendo así la evaporación de agua.







Decididamente versátil

Todo esto concuerda con algunas investigaciones de fisiología vegetal. En general, las plantas con hojas de gran superficie transpiran más agua y más rápido. También se ha constatado, entre plantas con idéntico número de hojas, que aquellas menos irrigadas tienden a reducir la superficie foliar. Se sabe, además, que la forma de las hojas queda controlada genéticamente –a menudo por diversos genes– si bien admite modificaciones por influencia de factores ambientales. Incluso se conoce que el diseño foliar (por ejemplo, entero o con profundos recortes) queda determinado muy pronto en el desarrollo de cada incipiente hoja. Así pues, las higueras han optado por la versatilidad adecuando con presteza la forma de sus hojas a los cambios ambientales. Porque más vale pasar estrecheces que evaporarse de la faz de la Tierra.



















Haz la prueba…de la higuera

En los viajes, en los paseos por el campo, observa las formas de la hoja de la higuera. Cuanto más ovaladas y enteras: más disponibilidad de agua, sea de riego, lluvia o subterránea. Y si presentan profundos recortes y lóbulos estrechos –como manos de delgados dedos– indican importantes estiajes y/o sustratos relativamente secos en muros y roquedos.



Higuera (Ficus carica) de enormes hojas. 
Prepirineo, Huesca 1988



Higuera (Ficus carica) de hojas diminutas y muy recortadas. 
Alpujarras, Granada 1988



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25 comentarios:

Guillermo García-Saúco dijo...

Muy interesante artículo. Aquí en La Mancha también abundan, asilvestradas y en pueblos.
El año pasado, empezó a brotar una planta en un alcorque donde crecía un saúco, en mi patio, en la parte más sombría. Sus hojas, ovales, siguieron con esa forma desde que la trasplanté hasta esta primavera (y no las perdió hasta que le salieron las siguientes), cuando las hojas comenzaron a brotar más recortadas y correosas, como muy bien explicas.
Un "comportamiento" muy interesante, sin duda.

Saludos!

Anónimo dijo...

Hola Javier

buena fotos y buena docencia.hace dos días leí las propiedades de los higos, en grecia antigua comían los atletas . propiedades muchas y sin demasiada calorías ,comeremos higo los vegetarianos,eres un investigador excelente. saludos

Jesús Dorda dijo...

Hasta estando en la higuera estás atento a los detalles.
Curiosa higuera, que se encuentra en los lugares más inverosímiles transportadas sus semillas en los intestinos de los pájaros.
Un abrazo.

Javier G. Pérez dijo...

Recuerdo un reportaje similar en la revista Quercus, pero ahora de nuevo, me lo recuerdas tú, Javier. No he dejado desde entonces de fijarme en la superficie foliar de estos maravillosos árboles a los que tengo gran aprecio. Son grandes equilibristas en los roquedos y canales de viejas casas. Hay auténticos bonsáis sujetos durante muchos años a una triste grieta y allí permanecen como supervivientes. Y, por supuesto, como comentas, con las hojas en los “huesos”.
Buda meditó bajo una higuera y, a mí, de pequeño, me dijeron lo que no había que hacer bajo ella. Algunos lo sabrán seguro.

Saludos.

Ángel dijo...

Interesante el artículo Francisco J. Hace poco yo me planteaba un caso similar con una planta tan simple como la del dinero (Plectranthus australis). Tengo tres en diferentes puntos de la casa. Una en el patio donde recibe alguna hora de sol, otra en el porche donde toda su luz es filtrada por un árbol y otra en la terraza donde las horas de sol diarias son abundantes. Todas son hijas de la misma pero sus hojas son distintas. A mayor cantidad de sol (dentro de lo que tolere), sus hojas son más carnosas y pequeñas (como moneditas). En contra las que están con menos sol tienen mayor superficie un color verde más intenso pero son hojas más débiles.... Sacarías tú las mismas conclusiones??

Un saludo

Pedro L. dijo...

Hola

Precisamente ayer un tío me dió un cesto de higos de su huerta que estaban deliciosos. Sin duda, este árbol presenta muchas curiosidades que dan mucho que pensar, el fenómeno que has descrito tan bien es muy interesante, desde luego.

Un saludo

Lluís Sogorb dijo...

Es este un árbol al que tengo un especial afecto, sobre todo de sus deliciosos frutos. Bueno, yo y multitud de animales que en estos días encuentran una nutritiva y dulce fuente de alimento. A cambio, aves y mamíferos se encargaran de dispersar las diminutas semillas de la higuera.
Por cierto, también hay gran variedad en los frutos de las higueras.
Saludos

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

Sí, Guillermo, se trata de una especie con una variabilidad muy asequible para la observación naturalista. Seguro que las higueras guardan todavía más sorpresas.
Gracias por comentar. Saludos para ti.

Hola, Maelgi. Muchas gracias por tus amables palabras y tu información acerca de los deliciosos higos.
Saludos, desde este hemisferio en plena temporada de higos.

...No sé, Jesús, tal vez uno está en la higuera demasiado tiempo dedicado a observar estos detalles. Otro abrazo para ti.

Pues sí, Javier, este artículo está reescrito a partir del que publiqué en su día en Quercus. Antes de escribirlo en aquella época pasé varios años observando la variabilidad y adaptabilidad de las higueras...y (tampoco) he parado de hacerlo desde entonces.
En cuanto a la "mala sombra" atribuida a este árbol, se trata de una creencia muy arraigada en el saber popular. Desconozco la razón por la que suele considerarse que estos árboles no son apropiados para cobijarse a su sombra y menos para echarse una siesta bajo su copa...Aunque en temporada de higos está claro que las aves que los comen dejan caer "regalitos" desde las ramas.
Saludos, Javier.

La primera conclusión que saco, Kumquat, es que tu cuenta corriente debe estar muy saneada cultivando tanta planta del dinero...Y en lo referente a esa transformación de las hojas, está en plena sintonía con lo que sucede a casi todas las plantas crasas.
Otro saludo para ti.

Hola, Pedro. La higuera es un árbol fascinante, por muchos motivos...pero el principal -y más jugoso- son los higos (y las brevas, claro).
Gracias por comentar. Recibe mi saludo.

Creo, Lluís, que ese afecto por las higueras lo proferimos muchos, especialmente quienes de pequeños hemos tenido una muy cerca, con sus higos y brevas al alcance de la mano.
Mis saludos para ti.

Teté M. Jorge dijo...

É sempre um prazer ler o que você nos conta, Javier, porque tem muito conteúdo e energia da natureza. Gostei de saber um pouco mais sobre a Figueira, cujo fruto eu acho uma delícia.
Parabéns pela reportagem e felicidades.
Um beijo carinhoso, querido.

Anónimo dijo...

Hola te dejo este poema..


Porque es áspera y fea,
porque todas sus ramas son grises,
yo le tengo piedad a la higuera.

En mi quinta hay cien árboles bellos,
ciruelos redondos,
limoneros rectos
y naranjos de brotes lustrosos.

En las primaveras,
todos ellos se cubren de flores
en torno a la higuera.

Y la pobre parece tan triste
con sus gajos torcidos que nunca
de apretados capullos se viste...

Por eso,
cada vez que yo paso a su lado,
digo, procurando
hacer dulce y alegre mi acento:
«Es la higuera el más bello
de los árboles todos del huerto».

Si ella escucha,
si comprende el idioma en que hablo,
¡qué dulzura tan honda hará nido
en su alma sensible de árbol!

Y tal vez, a la noche,
cuando el viento abanique su copa,
embriagada de gozo le cuente:

¡Hoy a mí me dijeron hermosa!
dee Juana de Ibarbourou

espero la recuerdes o te agrade.siempre me pareció muy hermosa.. después de todo la higuera es un árbol.
también hay una cancion floklorica.saludos.

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

Olá, Teca. Muito grato por essas palavras tipo, doce como o fruto da figueira.
Outro beijo para você.
....
Hola, Teca. Muy agradecido por esas amables palabras, tan dulces como los frutos de la higuera.
Otro beso para ti.


Querida Maelgi, muchas gracias por traer hasta aquí ese hermoso poema que Juana de Ibarbourou dedicó a la higuera. Precisamente lo empleé en octubre de 1998 dentro de la sección Observatorio de la Naturaleza, de la revista Quercus, sección que por aquel entonces coordinaba y en la que también publiqué un artículo similar a esta entrada.
Me conmovió esa sensibilidad hacia un árbol tan especial.
Saludos.

José María Yáñez Blanco dijo...

Hola Francisco Javier:
Como tu dices la higuera es un árbol muy versátil que se adapta a muchos climas, y por supuesto en Asturias hay muchas higueras, que en asturiano se llaman figales, pero lo que muchos no saben, incluso la inmensa mayoría de los asturianos, es que a parte de las variedades cultivadas que se han importado por el hombre, en nuestra región la higuera es un árbol autóctono que se naturalizó por si sólo en épocas en que esta zona debió tener un clima mucho más cálido que el actual. Después cuando el clima se volvió más frío, tuvo que adaptarse y sobrevivió sólo en los entornos más favorables. Es el caso de las higueras silvestres Ficus carica var. caprificus Risso o sea el cabrahigo, que crecen en los acantilados marinos de la zona oriental de Asturias. Sabemos que son autóctonos porque producen semillas gracias a la presencia de la avispilla Blastophaga psenes, que vive en simbiosis absoluta con las higueras, y que son los únicos insectos capaces de polinizarlas. Sabemos también que las avispillas no pudieron llegar accidentalmente en, por ejemplo, un cesto de higos secos, porque su ciclo de vida es muy corto, los machos sólo viven un día, su autonomía de vuelo es limitadísima de tan sólo unas decenas de metros. Por tanto como los cabrahigos asturianos y las avispillas han logrado sobrevivir y reproducirse desde tiempos remotos, han debido de expandirse juntos hasta nuestra región. ¿Curioso no?
Por cierto,¿eres de Burgos? yo tuve un gran amigo burgalés,biólogo, que fué compañero de colegio mayor en Madrid y que se llama y se apellida como tu, aunque su segundo apellido es Escribá de Romaní, hace muchísimo que no se nada de él ¿serás pariente suyo por casualidad?
Saludos
Chema Yáñez

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

Hola Chema, te agradezco mucho la interesante información que aportas acerca del carácter autóctono de la higuera en Asturias.
En cuanto a mi origen, nací en Madrid pero mi familia paterna es de Burgos, de donde procede el apellido Barbadillo.
Y en cuanto a mi tocayo, en realidad se llama Luis Javier Barbadillo, y tal vez seamos familia lejana. He coincidido con él en algunas publicaciones divulgativas y tengo amigos que lo conocen, pero personalmente nunca he llegado a verlo. Es un biólogo relevante en la herpetología española y, según tengo entendido, ha sido (o sigue siéndolo) profesor y director del Instituto Español de Educación Secundaria “Nuestra Señora del Pilar” de Tetuán.
Saludos, Chema.

rioMoros dijo...

Qué admirable resulta la capacidad de las plantas para adaptarse a las distintas condiciones. Sobre todo de algunas de ellas, que parece que están en todas partes e igual de bien.
Javier, casualmente, viendo el comentario de Chema y tu contestación, me ha llamado la atención el nombre de Luis Javier Barbadillo y el instituto que dices, pues esta semana he estado viendo su página del jardín botánico que han hecho en Tetuán y pensaba hacer una entrada en rioMoros de él.
Me imagino lo conoces pero por si acaso dejo el enlace del mismo. Es:
http://www.educacion.gob.es/exterior/centros/elpilar/es/pdf/guia_jardin.pdf
Saludos

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

En efecto, Riomoros, esas plantas que parecen estar en todas partes lo consiguen -a veces- por esas adaptaciones morfológicas y funcionales que ejemplifica la higuera en sus hojas.
En relación al jardín botánico creado por el instituto Nuestra Señora del Pilar, en Tetuán, no lo conocía y te agradezco el enlace. Parece un interesante proyecto-realidad.
Saludos para ti y gracias de nuevo.

Anónimo dijo...

Muy buenas, Francisco Javier.

Aquí ando poniéndome al día y leyéndoos, y he de decirte que me ha encantado el artículo. La higuera es un árbol que me encanta por lo versátil que resulta y por cómo podemos encontrarla sobreviviendo desde en muros de la Alpujarra, como la de la hermosísima foto que incluyes, hasta a la vera de cualquier camino. Y de sus dulces regalos, qué decir.

No conocía esta adaptación en la forma de la hoja, si bien había observado la variedad de formas que presentaban. ¡Una sorpresa más de tan precioso árbol!

Gracias por descubrirnos maravillas así.

Un saludo.

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

¡Qué hay, Trotalomas!
Gracias a ti por acercarte a la sombra de la higuera.
Saludos.

marce dijo...

Habría que hacer un gran homenaje a la hoja en si. Esa gran máquina de producción, la única.

Saludos, Javier.

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

Sí, Marce, un homenaje a la hoja y un monumento a la clorofila y la fotosíntesis. Si no fuera por los vegetales...¡apañados estábamos!
Saludos para ti.

salvasalom dijo...

Hola Fcº Javier, en efecto, habia observado tambien la gran variedad de formas de las hojas, al ser un arbol de gran difusión y cuyos frutos son para mi una debilidad. Me parece ahora una maravilla y explica su presencia por todas partes,aunque siempre me ha parecido un arbol un tanto exótico en sus formas. Muy buena entrada y un saludo desde el mediterraneo hoy al fin lluvioso y otoñal.

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

Cierto, Drach...la higuera tiene algo de familiar y a la vez exótico, por lo particular de sus frutos, su látex y todas las creencias rurales en torno a ella.
Gracias y un saludo para ti y ese mar-avilloso Mediterráneo.

Lienzo tierra dijo...

Muy interesante Javier. Me fijaré a partir de ahora.

¡Pues si que hace que no leía tu blog! ¡Cuántas cosas me perdí!

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

Hola, Mamen.
Gracias por pasar por aquí. Seguro que ya no verás higueras sin observar detenidamente esas formas de las hojas...a mi me pasó.

diminuto blog dijo...

Siempre con entradas brillantes y asombrosas, Javier.

Gracias porque de verdad que lo paso pipa.

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

Diminuto, cuánto agradezco que lo pases pipa...y no te importe un higo.
Gracias a ti.