martes, 4 de diciembre de 2012

HOMENAJE A LA SOLEDAD DE LA MONTAÑA

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Cuando asciendes a las alturas te rodean una certeza de nieve y un vacío de vértigos. No hay más pensamiento que el sonido de los crampones acuchillando el hielo. Ni más seguridad que el anclaje del piolet, como un bastón de cegueras blancas.


Allí arriba hay vida porque la subimos nosotros.
Y una belleza tan inmensa como rara de compartir.

¿Existe algo más bello que esta soledad?...
¿Algo más vivo que conquistarla?





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12 comentarios:

Jesús Dorda dijo...

Muy bonito, Javier, pero aunque de vez en cuando hay que tener un buen rato de soledad, yo prefiero la montaña en compañía.
Un abrazo.

Montse dijo...

Poética manera de ver el montañismo y no creo que exista un lugar mejor para sentir esa soledad que cuentas.

Un abrazo.

Pedro L. dijo...

Muy bonito el texto y las fotos alegorías perfectas de esos momentos tan intensos.

Un saludo

Teté M. Jorge dijo...

Solidão... tantas vezes a sentimos no meio de uma multidão... a natureza é uma companheira incalculável...

Beijos.

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

Claro que sí, Jesús. La montaña compartida es aún más hermosa.
Otro abrazo.

Quizá existan otros lugares, Montse, adecuados para ello. Eso va con cada cual... Personalmente me quedo en la alta montaña (¿se nota?)
Otro abrazo para ti.

Hola, Pedro.
Sí que son momentos intensos, generados por el contraste entre la dimensión del paisaje de alta montaña y nuestra pequeñez y fragilidad allá arriba.
Otro saludo para ti.

Comparto tu visión, Teca. Quien ama la Naturaleza nunca se siente solo en ella, sino partícipe. La soledad más triste sólo habita en la mente.
Gracias y besos para ti.

Mabel G. dijo...

El solo título, ya es poesía... y sé exactamente a qué te refieres, a cómo "por un puñado de dólares" la gente destroza esa soledad y a la misma montaña. Un abrazo Fco. Javier.

Javier G. Pérez dijo...

Comparto tu homenaje a esa soledad especial, necesaria y muy currada de la alta montaña. También me conformo con el cabezo cercano al pueblo que entre semana está muy vacío y, además, no hace tanto frío.

Saludos y sigue conquistando la vida…

Ángel dijo...

Qué bonitas palabras para expresarlo y qué razón tienen!!!

Saludos

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

Lo que dices, Mabel, es dolorosamente cierto. La soledad de la montaña ha sido violada en lugares como las estaciones de esquí alpino, a cambio de un ocio bullanguero y burdo.
Otro abrazo para ti.

Hola, Javier. Tú bien sabes que esa soledad también se halla en lugares más cercanos y menos extremos. Pero quizá sea en la alta montaña, al igual que en desiertos, polos y en la mar, donde se hace más grandiosa.
Saludos, compañero del planeta.

Gracias, Kumquat. Reconforta el comprobar que son sentimientos compartidos.
Saludos para ti.

Anuxa dijo...

Comparto este pensamiento con mucha fuerza. He estado muchas veces en alta montaña, durmiendo, o simplemente sentada en algun saliente, contemplando a las aves y oyendo solamente el viento o cuando nieva,( que es el silencio absoluto
y es la sensación que todo humano debería experimentar.
Que hermosa entrada!.
Salúd!

Antonio Ruiz dijo...

Llevas razón en lo que dices. Yo no soy de montañas pero cuando subo allá (que no son pocas las veces) siento todo eso que dices. Son lugares entrañables llenos de silencio que dan vida.

Abrazos.

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

Gracias, Anuxa, por tus palabras y por esa certeza de las sensaciones trascendentes.
¡Salud!

Sí, Antonio. Silencio, Vida e inmensidad, por siempre en las montañas.
Abrazos para ti.