lunes, 22 de junio de 2015

El arraigo de la genciana

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Genciana mayor (Gentiana lutea)

Entre la grandes hierbas (megaforbios) que crecen en las montañas ibéricas destaca la genciana mayor (Gentiana lutea)*, de vistosa floración amarilla, anaranjada o rojiza sobre altos tallos erguidos y hojas de nerviación muy marcada. Hojas y flores son respetadas por el ganado, pero la parte oculta de la planta -un tallo subterráneo o rizoma- fue recolectada por los humanos hasta casi el exterminio debido a sus propiedades tónico estomacales y aperitivas manifiestas en un intenso amargor útil, por ejemplo, para fabricar el bitter (“amargo” en inglés).

Tallo subterráneo (rizoma) de genciana mayor (Gentiana lutea)

El rizoma de la genciana mayor no es poca cosa, alcanza 1 m de largo y puede superar los 5 kilogramos. En él almacena sustancias de reserva que permiten a la planta sobrevivir oculta en otoño-invierno y rebrotar en primavera. El rizoma emite raíces que captan agua y minerales agarrándose al terreno tan profunda y eficazmente que los recolectores de otros tiempos debían valerse de picos y herramientas para extraerlo.

La genciana mayor arraiga en terrenos de montaña más o menos pedregosos, que drenen el exceso de agua y a la vez mantengan una cierta humedad. Esto es relativamente fácil en las montañas de la mitad superior peninsular, pero se complica en el sistema Central y Sierra Nevada. En la Sierra de Guadarrama, por ejemplo, la genciana mayor suele aparecer en cotas superiores a 1.700 m y restringida a orientaciones umbrías o zonas con persistente acumulación de nieve.

Genciana mayor (Gentiana lutea) a finales de septiembre. Sierra de Guadarrama.

En el Parque Nacional de Guadarrama –como en otras montañas- experimenta hoy una recuperación espontánea tras el abandono de su recolección. Así, cada vez resulta más frecuente recolonizando sus territorios históricos. En esta sierra de Guadarrama prospera en praderas muy pedregosas, a veces en precarios pastizales sobre canchal, como es el caso que nos ocupa…

Al fondo: canchales con praderas pedregosas donde habita la genciana mayor 
(Gentiana lutea). Sierra de Guadarrama.

El 6 de junio de 2015 recorriendo uno de esos pedregales observé -a unos 2.100 m de altitud- gencianas iniciando el rebrote anual. Emergían de una pradera de canchal en la que advertí un curioso fenómeno: parte de la pradera había sido arrasada por el agua, pues se embarró y deslizó dejando huecos entre los rizomas de las gencianas capaces de retener suelo a su alrededor. Del herbazal desaparecido sólo quedó un sustrato terroso entre el pedrerío.

Brotes anuales de genciana mayor (Gentiana lutea
en pradera pedregosa sobre canchal. Sierra de Guadarrama.

Tallos florales viejos (palos secos) y brotes anuales de genciana mayor 
(Gentiana lutea) en ladera pedregosa de canchal con deslizamiento 
de tierra por sobrecarga de agua. Sierra de Guadarrama.

¿Cómo pudo sufrir una “riada” sólo un fragmento de la pradera rocosa? La respuesta debe estar relacionada con varios hechos: 

 1. La pradera se ubica en el tramo superior de un canchal

 2. En este canchal y por encima de él se mantienen más tiempo manchones de nieve (neveros) que funden lentamente escurriendo su agua entre las piedras hacia el fondo de la ladera. 

 3. En la primera mitad del mes de mayo (2015) se registró una ola de calor que disparó las temperaturas hasta valores de pleno verano acelerando la fusión de la nieve, luego llegaron las tormentas…

En el tramo señalado desapareció parcialmente la pradera pedregosa. Sierra de Guadarrama.

Zona de surgencia de agua por sobrecarga de canchal. 
Restos de pradera pedregosa con genciana mayor (Gentiana lutea). 
Sierra de Guadarrama.

En consecuencia, el canchal pudo saturarse de agua que brotó por una zona nada habitual: la pradera pedregosa. Ese lugar presenta agujeros en la tierra por donde debió aflorar el agua. Un retazo de pradera desapareció, pero las gencianas permanecen y siguen rebrotando de su raigambre.

Brotes de genciana mayor (Gentiana lutea
sujetan tierra de pradera pedregosa erosionada por sobrecarga de agua en canchal. 
Se aprecian posibles huecos de surgencia del agua.



* Distribución de genciana mayor en España: 
Pirineos, Montes Vascos, Cordillera Cantábrica, Macizo Galaico, Montes de León, Sistema Ibérico septentrional –sierras de la Demanda, Urbión, Cebollera–, centro de la Península Ibérica (desde la sierra de Estrela hasta la de Ayllón en el sistema Central) y Sierra Nevada.
Según Flora Ibérica: 
http://www.floraiberica.es/floraiberica/texto/pdfs/11_130_01_Gentiana.pdf


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7 comentarios:

El tejón dijo...

Me encató la entrada, muy bien documentada. Por la zona de Piedrasluengas, Cervera y Liebana da gusto ver las manchas de genciana que se conservan tan bien.
Un saludo

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

Muchas gracias, El tejón. Ciertamente, en las montañas norteñas, tanto cantábricas como pirenaicas, es donde más abundante resulta esta genciana por disponer de mejores condiciones de clima y suelo.
Otro saludo para ti.

Jesús Dorda dijo...

Últimamente veo con frecuencia las gencianas de Guadarrama con la parte superior comida a mordiscos. Mectemo que las cabras monteses están haciendo de las suyas.
Un abrazo.

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

Es posible, Jesús, porque lo que no se coman las cabras...
Ojalá las mantenga a raya el amargor de la planta.
Otro abrazo para ti.

Enrique Luengo, geógrafo. dijo...

Hola Javier, bien observado y planteado el problema del deslizamiento. Yo he trabajado algo en ese tema en Peñalara y tienes razón en todo, quizás haya que tener en cuenta que el invierno fue frío y pudo crear un frente de congelación bastante profundo que al deshelarse, no solo se convierte en agua, sino que crea huecos por la diferencia de volumen y cuando llega un deshielo acelerado, se va todo por gravedad y lubricación, cuesta abajo.
La genciana ha progresado mucho en los últimos años, y en Peñalara es casi un sinónimo de vegetación quionófila. Te recomiento ver el nicho nival de Valdeinfierno, al E de Peñalara antes de Peña Cítores, quizás sea el mayor gencianal que he visto.
Un saludo y gracias por tus buenas observaciones

Enrique Luengo, geógrafo. dijo...

Hola Javier, tienes toda la razón sobre el proceso que hizo desprenderse esa ladera. Pero probablemente también tomó parte el hielo formado este invierno. Luego ocurrió todo de golpe, se quitó la nieve y se fundió el hielo, toda esa agua, también en el interior del suelo, y la pendiente.
Este fenómeno fué pequeño, pero a una escala un poco mayor son los llamados debris flows o coladas de barro periglaciares, el fenómeno actual más violento y efectivo de nuestras montañas.
Con la genciana también llevas razón, cada vez hay más desde que no se recolecta a lo bestia, te recomiento ver el collado-nevero de Valdeinfierno, al wsw de Dos Hermanas, quizás la mayor población de Geniana, madrileña o quizás segoviana.

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

Muchas gracias, Enrique, por tus interesantes aportaciones.
La dinámica de las laderas ligada a la vegetación de montaña ofrece amplias posibilidades de observación y estudio para los naturalistas.
Otro saludo para ti.