Ese aire, tan insoportablemente leve.
La alta montaña es territorio elevado a capas superiores de la atmósfera. Un estiramiento vertical del paisaje por la troposfera, capa de la atmósfera que se alza hasta 8.000 m sobre los polos y 16.000 m sobre el ecuador. En esa franja se almacena más del 75 % del aire del planeta y se registra la mayor parte de la actividad meteorológica atmosférica.
Ascendiendo por la troposfera disminuye la presión atmosférica (menos masa de aire sobre nuestras cabezas), por tanto: el aire pierde densidad y se vuelve más frío en las alturas. Aunque mantenga los mismos gases y proporción que en tierras bajas, el aire de alta montaña contiene menos moléculas de cada gas y ello comporta carencias, contrastes y condiciones ambientales extremas…
AIRE PURO DE MONTAÑA
Dicen que en la montaña “se respira aire puro”, pero siendo menos denso es más pobre en oxígeno. Esto causa un serio trastorno en organismos humanos no habituados: el mal de altura, mal de páramo, soroche, apunamiento o mal agudo de montaña (MAM).
En el mundo 40 millones de personas habitan por encima de los 3000 m. A esa altitud, para respirar y vivir con normalidad cualquier mamífero –sea humano o vicuña de los Andes (Vicugna vicugna)- debe desarrollar importantes adaptaciones fisiológicas:
- Aumento de la cantidad de aire inhalado (más capacidad pulmonar) para compensar la falta de oxígeno.
- Aumento de la sangre bombeada por minuto (un corazón más grande).
- Aumento de la eficiencia de la sangre para captar oxígeno de la respiración y transferirlo al organismo.
Altiplano a 4.910 metros sobre el nivel del mar, al fondo Ampato (6.288 m) y Sabancaya (5.976 m). Andes. Perú.
AMBIENTE SECO
El viento es uno de los meteoros más comunes en alta montaña, incluso a escala local se genera un régimen diario de brisas de ladera, alternativamente ascendentes y descendentes. De día el sol caldea las pendientes volviendo más liviano su aire, que asciende montaña arriba. Al caer la tarde y durante la noche el aire se enfría en las alturas y desciende hacia el fondo de los valles.
Viento o brisas aceleran la evaporación del agua en las hojas de las plantas. Una adaptación eficaz ante la deshidratación es reducir la superficie foliar a la manera de las pequeñas agujas del enebro alpino (Juniperus communis subsp. nana). Un paso más es reemplazar hojas por tallos verdes, como los del piorno serrano (Cytisus oromediterraneus) o una efedra (Ephedra gerardiana) que crece desde los 2.400 a 5.000 metros sobre el nivel del mar, entre Afganistán y Bután.
Sierra de Guadarrama.
Efedra (Ephedra gerardiana) a más de 4.000 m.
Himalaya. Nepal.
Al efecto desecante del viento se añade la propia sequedad del aire de alta montaña, variable según latitud y climas locales. Mientras en una costa el aire puede tener una humedad relativa del 100%, a 4.000 metros -con una presión atmosférica reducida casi a la mitad- el aire sólo contiene un 25% de ese vapor de agua…Y aunque las nubes precipitan agua en la alta montaña no queda disponible para las plantas cuando se transforma en nieve o hielo.
FRÍO PARALIZANTE
La levedad del aire está asociada al frío que paraliza la Vida en alta montaña gran parte del año. Temperaturas inferiores a 6ºC vuelven muy lento el desarrollo vegetal, que se detiene alrededor de los 0ºC. El frío de las alturas acorta el tiempo de crecimiento o período vegetativo de las plantas, limitado a tres meses en ambientes alpinos del Pirineo (2.400 a 2.900 m)
La levedad del aire está asociada al frío que paraliza la Vida en alta montaña gran parte del año. Temperaturas inferiores a 6ºC vuelven muy lento el desarrollo vegetal, que se detiene alrededor de los 0ºC. El frío de las alturas acorta el tiempo de crecimiento o período vegetativo de las plantas, limitado a tres meses en ambientes alpinos del Pirineo (2.400 a 2.900 m)
Entre los remedios vegetales contra el frío destacan el diseño pulviniforme y las rosetas. El diseño pulviniforme es semejante a un iglú o a una almohadilla, recibe los rayos solares y acumula esa energía en el interior pudiendo registrar el centro de la planta hasta 15ºC más que la temperatura ambiente. Magníficos ejemplos son la yareta (Azorella compacta) de los altiplanos andinos o punas y la saxífraga pubescente (Saxifraga pubescenes subsp. iratiana) que alcanza los techos del Pirineo muy por encima de la cota 3.000 m
Yareta (Azorella compacta) a más de 4.500 m en los Andes. Perú.
Saxífraga pubescente (Saxifraga pubescenes subsp. iratiana) a 3.000 m. Pirineo aragonés.
El diseño en roseta capta y acumula también el calor de los rayos solares. Esto funciona en las pequeñas rosetas de siemprevivas (género Sempervivum) de las montañas ibéricas y también en las grandes rosetas columnares de los senecios gigantes del Monte Kenia (Dendrosenecio keniensis, Dendrosenecio keniodendron) que llegan a vivir a más de 4.000 m de altitud.
Rosetas de siemprevivas (Sempervivum tectorum). Pirineo Aragonés.
Senecio gigante (Dendrosenecio keniodendron) a unos 4.000 m de altitud. Monte Kenia.
CONTRASTE DE TEMPERATURAS
Los rayos solares calientan el suelo de la alta montaña y éste caldea el aire próximo, no obstante tarda más en calentarse dada su escasa densidad. Por el contrario se enfría con rapidez entre la puesta del sol y el alba. Esto facilita secuencias diarias de hielo-deshielo que afectan a la fragmentación del roquedo (gelifracción) y al deslizamiento y aterrazamiento de los suelos (gelifluxión).
Microterrazas del suelo por gelifluxión. Sierra de Guadarrama.
Además, acentúa diferencias térmicas entre zonas de sol y sombra (solana y umbría) que se hacen evidentes en la persistencia de la nieve o el hielo, la composición de la flora y la distribución de la vegetación.
EXPOSICIÓN A LAS RADIACIONES
En altura el aire pierde eficacia como filtro de los rayos solares UV-A y UV-B. Sus consecuencias incluyen quemaduras en la piel sin haber notado calor o lesiones en los ojos por falta de protección. Los efectos perniciosos aumentan en presencia de nieve ya que refleja un 75-90% de la irradiación.
En altura el aire pierde eficacia como filtro de los rayos solares UV-A y UV-B. Sus consecuencias incluyen quemaduras en la piel sin haber notado calor o lesiones en los ojos por falta de protección. Los efectos perniciosos aumentan en presencia de nieve ya que refleja un 75-90% de la irradiación.
Dada su inmovilidad, las plantas altimontanas quedan más expuestas a riesgos como el exceso de oxidación o alteraciones genéticas del ADN por radiación UV-B. Para evitarlo suelen ser plantas de pequeño tamaño reduciendo así la superficie exhibida. Algunas aumentan el grosor de las hojas obstaculizando la penetración de los rayos. Otras producen más cantidad de compuestos (fenoles, flavonoides) que absorben la radiación filtrándola. También las hay que se cubren de sustancias céreas protectoras. Y no faltan las que se forran de una lanilla blanca que refleja los rayos solares y las libra tanto de la insolación como del recalentamiento y la deshidratación, además de aislarlas en cierta medida del aire frío y los vientos. Entre estas últimas figuran especies tan emblemáticas de la alta montaña como el edelweiss (Leontopodium alpinum) y la estrella de las nieves (Plantago nivalis), endemismo de Sierra Nevada.
Estrella de las nieves (Plantago nivalis) a 3.000 m. Sierra Nevada.
13 comentarios:
Magnífico reportaje sobre el impacto de las altitudes sobre la vida vegetativa ¡siempre aprendo leyéndote, Javier!
Me ha gustado ver el famoso Edelweis, no sabes lo que me gustaría poder verlo en vivo :)
Un beso.
Preciosa reportagem! Muito rica em detalhes.
É impossível prever se alguém sofrerá com os sintomas devido à altitude ou terá uma adaptação tranquila. Dizem que a condição física é um fator que influencia. Geralmente, quem está bem condicionado lida melhor com a situação. O bom preparo e o fôlego em dia, porém, não garantem totalmente que uma pessoa ficará livre dos sintomas de mau estar em altas altitudes, diferenças climáticas entre outros condicionantes.
De qualquer forma, eu aprecio lugares de paisagem natural e ainda pretendo passear bastante pelas montanhas do mundo inteiro.
Beijos.
Será un aire liviano, pero se nota que bebes los vientos por él y la montaña.
Un abrazo.
Gracias, Montse. El edelweiss es relativamente fácil de ver...allí donde lo hay: algunas montañas pirenaicas calizas. La mejor época para encontrarlo en flor es julio...¡Suerte!
Hola, Teca. Sobre el mal de altura se va conociendo más pero aún quedan muchas preguntas sin responder. La buena condición física nunca está de más...pero no es determinante a la hora de sufrirlo o no. la mejor medida preventiva es la aclimatación en altura ascendiendo progresivamente y descendiendo para dormir siempre más abajo. Los cambios bruscos -como volar de la costa a una localidad ubicada a 3.000 sobre el nivel del mar- suelen ser muy perjudiciales.
Te deseo magníficos paseos por esas montañas...
Sí, Jesús ¡Cómo lo voy a negar a estas alturas!...
Otro abrazo.
Tremenda la cantidad de adaptaciones que deben realizar los diferentes organismos para poder vivir a esas alturas, se les presentan toda clase de obstáculos. Sin duda, lo de las radiaciones es especialmente delicado. Siempre me llamó la atención el característico aspecto de la piel de las personas que viven a esas alturas.
Un saludo
En efecto, Pedro, la Vida en alta montaña exige adaptaciones fuera de lo común, casi tan diferenciadas como las del medio acuático respecto a otros ambientes en la Tierra. Y la radiación solar es un factor que afecta tanto a la morfología de los individuos como a su genética.
Los pueblos que habitan a más altitud (en los Andes y Tíbet) lo llevan grabado en la piel.
Gracias, y otro saludo para ti.
Me parecen una exquisitez las plantas alpinas y subalpinas. Son de una delicadeza y belleza, extraordinaria.
He recordado esto al ver esa maravilla de Saxifraga.
Saludos, e bo día.
La verdad que nunca me paro a pensar en estas cosas. Todo tiene su razón de ser. Me pareció muy interesante FJavier, como todas tus entradas. Gracias!
Creo que se me borró el comentario anterior. Te decía que nunca me paro a pensar en estas cosas y la verdad es que es muy interesante todo lo que explicas. Como todas tus entradas. Se aprende mucho contigo. Gracias FJavier!
Muchas gracias (por duplicado) por tus comentarios, Mamen.
El aire de la alta montaña, aunque leve, resulta muy contundente como explicación de gran parte de los procesos geológicos y ecológicos que en ella se dan. Aún así, a un servidor le llevó muchos años de montaña llegar a esta conclusión.
Saludos montañeros.
¡Será posible, Marcelo! Acabo de darme cuenta de que no contesté a tu comentario (será cosa de la edad...).
Comparto contigo esa fascinación por las plantas de alta montaña, seres que han de soportar lo inimaginable para llegar a florecer. Cada una de sus flores es una auténtica joya. Un lujo de la Vida allá donde difícilmente se puede vivir.
Mis saludos para ti e bo día tamén.
¡Fantástica entrada Javier! La montaña tiene algo que te atrapa para siempre, quizá que nunca te puedes colmar de ella porque desde el momento que estás arriba sabes que te queda poco tiempo para tener que descender. Yo, como tu, soy un enamorado de esa vida en la cuerda floja que tienen las plantas y animales de la alta montaña. Por eso, he disfrutado enormemente con esta entrada que, como mi estancia en los prados, roquedos y canchales de las cumbres, se me ha hecho demasiado corta.
Un abrazo
Muy agradecido por tu comentario, Honorio.
Esos animales (incluidos humanos) y plantas que viven permanentemente en el aire leve de las alturas son admirables por su capacidad de supervivencia y por ser ejemplo de resistencia ante la adversidad. La Vida en altitud es un reto...y para nosotros, un lujo.
Otro abrazo para ti.
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