Perfil de una isla de la laguna de Venecia con su vegetación.
Una llanura colmada de agua salada, fango y pantanos difícilmente se considera apta para humanos…y menos como emplazamiento para una ciudad. Que esa ciudad, además, fuese una de las urbes más pujantes y esplendorosas del mundo occidental resulta todavía más increíble. Sin embargo, eso sucedió en Venecia ¿cómo?
AGUA: laguna, islas, canales
La ciudad de Venecia y poblaciones de islas cercanas deben su especial conformación al hecho de situarse en el interior de una gran laguna costera, que se generó hace 6.000-7.000 años, al término de la última gran glaciación (llamada Würm). Entonces el nivel del mar Adriático ascendió entre 65 y 110 m y sus aguas se adentraron por las desembocaduras de diversos ríos hasta inundar una extensa llanura que se convirtió en laguna salobre.
La persistencia de las lagunas litorales requiere la interacción de elementos continentales y marinos. En la laguna de Venecia desembocan numerosos ríos alpinos transportando sedimentos…y hay corrientes marinas (causadas por vientos de nordeste y suroeste) que remueven esos sedimentos. La concurrencia de esos agentes favorece la formación de barras litorales: bancos de arena que cierran la comunicación de la laguna con el mar Adriático, excepto en tres tramos.
Poste de embarcadero y algas en un canal de Murano. Venecia (Italia)
Dentro de la laguna veneciana, la superficie totalmente inundada es reducida (11%) y de poca profundidad. Su biodiversidad se vio alterada según crecían en ella los asentamientos humanos…especialmente con el esplendor histórico de su ciudad y el posterior auge turístico. Algunas especies se resintieron, mientras se instalaron en ella otras de lejana procedencia. Indicios de todo ello observa el viajero en las algas que flotan sobre las aguas venecianas o en los restos de otras plantas (fanerógamas marinas) procedentes de praderas sumergidas y que se acumulan en los escalones para desembarcar, también al descubrir lapas y ostras (incluida la ostra japonesa Crassostrea gigas) adheridas a los muros que flanquean los canales de la ciudad.
URBE: árboles (invisibles), luz y sonido
Inicialmente la laguna contó con unas 130 islas y, aunque hubo alguna presencia humana, no fue hasta el siglo V cuando recibió un importante número de pobladores. Eran gentes de la costa que huían de las invasiones bárbaras. En aquella laguna inhóspita hallaron un aceptable aislamiento, pues algunas islas contenían agua dulce en el subsuelo.
Brocal de un pozo de agua dulce en Torcello, una de las primeras islas vénetas
pobladas durante el s V. Venecia (Italia)
Durante un tiempo la población veneciana explotó la sal de la laguna y mantuvo fidelidad al Imperio Romano de Oriente. La capital de aquel imperio, Constantinopla, les otorgó privilegios por su excelente ubicación entre los mercados del oriente y occidente mediterráneos. Eso favoreció la dedicación de los venecianos a la navegación y al comercio generando -por varios siglos- riqueza e independencia para Venecia como ciudad-estado. También contribuyó la laguna veneciana, cuyo complicado acceso por mar libró a la población de frecuentes ataques e incursiones garantizando su paz y prosperidad, tanto que a finales del siglo XVIII Venecia era una de las ciudades más pobladas de Europa: con 180.000 habitantes…¿viviendo sobre fango?
Para asentar una ciudad como Venecia sobre 118 minúsculas islas fangosas hubo que drenar terreno, construir diques para 177 canales, ocultar superficialmente algunos de esos canales (bajo plazas llamadas piscina), abrir pozos para abastecerse de agua dulce y tender 400 puentes…
Pero, sobre todo: hubo que poner cimientos en un sustrato inestable, húmedo y salino. La solución adoptada desde el siglo IX fue introducir troncos de árboles muy resistentes a esas condiciones: roble, aliso, alerce. Esos pilotes de madera (de 2 a 4 m de largo) profundizan hasta una capa de arcilla consistente, clavados en círculos concéntricos o en espiral para sujetar plataformas de vigas que asientan los edificios. Sólo bajo la iglesia de Santa Maria della Salute hay más de un millón de pilotes de madera. Todo Venecia se erigió sobre fango y troncos de árbol, algunos fueron colocados hace 1.000 años y aún sirven.
Postes en el Gran Canal e iglesia de Santa Maria della Salute, construida sobre más de
un millón de pilotes de madera. Venecia (Italia)
Hay más árboles en Venecia flotando en forma de góndola, embarcación armada con madera de tilo, alerce, roble, abeto, cerezo, nogal, olmo y caoba. Su diseño, hermosamente estilizado, es muy práctico para surcar las aguas con ligereza bastando únicamente un remero y un solo remo. El remo -de haya- se apoya en una pieza extremadamente sofisticada: la fórcola, de nogal y con diversos puntos de apoyo que facilitan al remero hasta ocho diferentes maniobras con su góndola.
Quedan aún más árboles en Venecia, clavados al fondo asoman sobre el agua como postes en los muelles de las góndolas, y como pilotes que balizan las rutas náuticas por la gran laguna.
El agua, omnipresente en Venecia, conforma un paisaje urbano singular: muy luminoso por el reflejo de la luz en su superficie (efecto albedo) e incomparablemente sosegado por amortiguar los sonidos…y hacer imposible el tráfico rodado.
CIELO: vistas y humo
La ubicación veneciana es litoral y horizontal, apenas sobresalen relieves naturales en la gran laguna, lo cual concede al cielo un considerable peso escénico.
En otras épocas esa estructura del paisaje supuso un inconveniente para los pobladores humanos al comportar ausencia de visión y, por ende, falta de control sobre los alrededores de la laguna, la mar abierta… e incursiones indeseables. Así que, a falta de relieve natural, los pobladores erigieron su propio hito de altura: el campanile. Un campanile veneciano es un tipo de campanario separado del templo y elevado hasta donde sea posible debiendo ser ligero por asentarse sobre suelos inestables (hay más de un campanile sospechosamente inclinado).
Campanile inclinado de la iglesia de San Martino. Burano. Venecia (Italia)
El más alto y famoso campanile veneciano -el de San Marco- mide 98,6 metros, se instaló a comienzos del siglo X como faro y campanario, tuvo frecuentes reparaciones principalmente por daños debidos a los rayos, y se derrumbó por entero en 1902 siendo fielmente reconstruido.
El paisaje urbano de Venecia incorpora otros elementos aéreos más domésticos: sus chimeneas y altanas.
Las chimeneas venecianas se coronan con sorprendentes remates en forma de campana invertida, de dado, de tridente…adosados al final del tiro y cubiertos por un tejadito, en su interior varios agujeros laterales evacúan los humos de la chimenea hacia una pantalla externa que a su vez deja hueco para liberarlos por encima y debajo. El sistema previene la salida de grandes chispas (causa de incendios urbanos en la antigüedad), reduce el enfriamiento del tiro de la chimenea (lo que facilita su encendido), minimiza la pérdida de calor del hogar y mejora la circulación del humo, especialmente en días muy húmedos o de escaso viento.
Las chimeneas venecianas se coronan con sorprendentes remates en forma de campana invertida, de dado, de tridente…adosados al final del tiro y cubiertos por un tejadito, en su interior varios agujeros laterales evacúan los humos de la chimenea hacia una pantalla externa que a su vez deja hueco para liberarlos por encima y debajo. El sistema previene la salida de grandes chispas (causa de incendios urbanos en la antigüedad), reduce el enfriamiento del tiro de la chimenea (lo que facilita su encendido), minimiza la pérdida de calor del hogar y mejora la circulación del humo, especialmente en días muy húmedos o de escaso viento.
Las altanas son terrazas de madera adosadas a los tejados, muy útiles como tendederos, miradores y solariums. Una antigua e ingeniosa solución para ganar terreno en altura, sin apenas sumar peso al edificio ni renunciar a la impermeabilidad de su cubierta de teja, puesto que la precipitación media anual de Venecia es de 830 mm…frente a los 612 mm de Barcelona o los 450 mm de Madrid.
Venecia y su laguna son una excelente muestra de adaptación humana a un entorno natural complejo, mediante recursos tan bellos como eficientes, hasta generar un paisaje cultural excepcional. Por ello, Unesco los declaró Patrimonio de la Humanidad en 1987
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