Casa de la vieja. Jardín El Capricho. Madrid
DEMASIADOS ÁRBOLES NO SON EL PROBLEMA
Madrid es una de las principales ciudades en el mundo respecto a la cantidad de árboles en sus calles. Podría considerarse que esto acarrea problemas como los actuales accidentes por caída de ramas, desgajamiento parcial o incluso el abatimiento de ejemplares enteros. Pero la abundante presencia de árboles en sus calles jamás debería considerarse un problema. El verdadero inconveniente es la planificación, gestión y conservación del arbolado en el paisaje urbano de esta y otras grandes ciudades españolas.
Acacia maltratada por las podas y en estado lamentable de conservación.
Carabanchel Alto, Madrid
DEMASIADOS PROBLEMAS ACABAN CON LOS ÁRBOLES
A continuación enumero algunas causas que ponen en peligro la salud de los árboles y la integridad física de los propios ciudadanos de Madrid:
El clima madrileño -mediterráneo y continentalizado- no es lo más recomendable para numerosas plantas leñosas. De hecho, la biodiversidad que de forma natural corresponde a Madrid en este tipo de vegetales es muy baja respecto a otras zonas de la península ibérica. Sin embargo, el catálogo de árboles plantados incluye especies que a duras penas soportan sus tórridos y secos veranos (peor aún por el efecto de isla térmica de la gran ciudad y el calentamiento climático actual).
Los suelos de la metrópoli madrileña en algunos sectores son arcosas graníticas y en otros margas yesíferas. Se trata de sustratos pobres no muy adecuados para la arboricultura.
La mayor parte de las aceras y calles madrileñas han ido convirtiéndose en una superficie de asfalto, cemento y pavimento. Es decir: una costra de nula permeabilidad que dificulta terriblemente los intercambios gaseosos del suelo con el aire y de las raíces de los árboles con el suelo. Tales intercambios gaseosos son imprescindibles para la vitalidad del sustrato y de las plantas.
Las frecuentes obras que cada año padece la ciudad tampoco ayudan. Numerosas zanjas abiertas suelen cercenar raíces de árboles próximos.
Plátano de paseo (Platanus hispanica) en alcorque insuficiente. Paseo del Prado, Madrid
En el paisaje urbano madrileño resulta habitual hallar alcorques (espacios de tierra alrededor del tronco) opresivamente minúsculos. En los últimos años cundió la moda de cubrirlos mediante rellenos mezclados con un aglutinante. Supuestamente porosos, esos rellenos reducen en realidad la penetración del agua de lluvia en el terreno y la transpiración del suelo. Si un árbol recibe riego por goteo subterráneo bajo esa cobertura y en un entorno de pavimento aún más impermeable es posible que padezca un exceso de humedad que a la larga le cause asfixia radicular.
En parques y jardines de Madrid no faltan extensiones de pradera artificial regadas en buena parte del año. El césped lo requiere para mantener su verdor, pero los arboles ubicados en esas praderas producen raíces menos profundas y se vuelven más vulnerables al embate del viento, más cuanto mayor es su altura.
En los riegos de algunos parques se ha empleado agua reciclada procedente de depuradoras, agua que provocó el debilitamiento y muerte de ejemplares incluso centenarios.
Las podas llevadas a cabo a lo largo de años, salvo honrosas excepciones, han sido muy perniciosas. En general por realizarse cortes en ramas demasiado gruesas, por modelar ramificaciones muy abiertas e incluso por podar a destiempo, en fechas favorables al acceso de elementos patógenos como los hongos. La mayoría de esos trabajos podría haberse evitado eligiendo especies arbóreas de escaso porte o arbustivas.
En los riegos de algunos parques se ha empleado agua reciclada procedente de depuradoras, agua que provocó el debilitamiento y muerte de ejemplares incluso centenarios.
Las podas llevadas a cabo a lo largo de años, salvo honrosas excepciones, han sido muy perniciosas. En general por realizarse cortes en ramas demasiado gruesas, por modelar ramificaciones muy abiertas e incluso por podar a destiempo, en fechas favorables al acceso de elementos patógenos como los hongos. La mayoría de esos trabajos podría haberse evitado eligiendo especies arbóreas de escaso porte o arbustivas.
Plátano de paseo (Platanus hispanica), especie de gran porte,
inadecuada para calles convencionales. Carabanchel Alto, Madrid
Las podas masivas y abusivas han podido contribuir además al contagio de enfermedades al no observar demasiada higiene preventiva en el uso de las herramientas de corte.
La proximidad de árboles de la misma especie formando hileras facilita la dispersión de enfermedades y plagas en un paisaje tan arbolado como el madrileño. Conviene tener en cuenta la incidencia que en las transmisiones patógenas puedan tener vectores tan novedosos como la cotorra argentina (Myiopsitta monachus) que con su pico extrae semillas, frutos, flores y brotes de hojas arbóreas, así como ramas que corta para construir sus nidos. Tampoco hay que desestimar la insalubre contaminación atmosférica urbana cuyas partículas nocivas se adhieren a las hojas de los árboles.
Lamentablemente estas causas actúan de modo sucesivo y sinérgico a lo largo de la vida de los árboles madrileños. En su conjunto resultan tan letales que más que investigar el motivo por el cual se caen los árboles habría que estudiar cómo consiguen sobrevivir en un ambiente urbano tan hostil.
Plantación de arces (Acer negundo)
afectados por una enfermedad desde hace más de una década. Arturo Soria, Madrid
*Más sobre árboles urbanos madrileños en:
Situación de las actuaciones sobre el arbolado urbano en la ciudad de Madrid
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