El naturalista observa pequeños excrementos en la terraza de su hogar. Una terraza de muro de ladrillo, repleta de macetas. Por su tamaño, las cagarrutas podrían ser de roedor o murciélago. Pero una mancha blanca bordea su extremo. Eso apunta a un reptil, sin duda, la salamanquesa común (Tarentola mauritanica).
Excremento de salamanquesa común (Tarentola mauritanica) en baldosa de una terraza
La salamanquesa común es realmente común en edificios viejos, y puede serlo en otros recientes aunque cercanos a esos viejos.
El naturalista convivió hace tiempo con una salamanquesa, en la terraza de otra casa. Por entonces acordó repartirse el territorio con ella. Algo similar vio al norte de Marruecos donde las gentes cohabitan con salamanquesas porque limpian de insectos sus casas.
Ahora el naturalista aguarda el día (o la noche) en que la nueva vecina se deje ver. Intuye por dónde se mueve, en qué rincones se refugia. Imagina que lo está viendo mientras él la busca…
El naturalista convivió hace tiempo con una salamanquesa, en la terraza de otra casa. Por entonces acordó repartirse el territorio con ella. Algo similar vio al norte de Marruecos donde las gentes cohabitan con salamanquesas porque limpian de insectos sus casas.
Ahora el naturalista aguarda el día (o la noche) en que la nueva vecina se deje ver. Intuye por dónde se mueve, en qué rincones se refugia. Imagina que lo está viendo mientras él la busca…
Entretanto el naturalista está satisfecho. Su terraza es buen hábitat para las plantas que cultiva, para insectos y arácnidos que las visitan, para algún ave que allí se posa y, también, para esa salamanquesa que se caldea en los ladrillos, se oculta en los resquicios, pasea sobre hojas de aloe, bebe agua de macetas y caza confiada en la noche veraniega.
NOTA verídica:
Al día siguiente de publicar este cuento, el naturalista vio a la salamanquesa.
NOTA verídica:
Al día siguiente de publicar este cuento, el naturalista vio a la salamanquesa.
Maceta de barro con piña de pino, adorno disponible para insectos
y salamanquesa común (Tarentola mauritanica)
Más sobre salamanquesas:
Salvador, A. (2015). Salamanquesa común – Tarentola mauritanica. Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Salvador, A., Marco, A. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid.
Salvador, A. (2015). Salamanquesa común – Tarentola mauritanica. Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Salvador, A., Marco, A. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid.
7 comentarios:
Maravillosos dragones, creo que siempre frecuentan buenos lugares, tengo suerte de que habiten mi casa y son un recuerdo vivo de las noches de verano en mi infancia de terrazas iluminadas por tubos fluorescentes, donde las salamanquesas se apostaban en buen número a veces y capturaban los insectos atraidos por la luz..Sin duda es un buen vecino con el que merece la pena compartir espacio ;) Un saludo Fco Javier¡¡
Curiosas salamanquesas, pioneras en la colonización de nuevos hábitats, que han colonizado medio mundo a bordo de barcos y aviones. ¿Cómo no iban a llegar a ese pequeño paraíso que es tu terraza?
Realmente, Salvador, son animales entrañables que pueblan nuestros paisajes domésticos y nuestros recuerdos.
Muchas gracias por tu comentario.
Mi amigable saludo para ti.
Pioneras y polizonas, según nos cuentas, Jesús. Además de interesantes son bellas y muy útiles para limpiar excesos de insectos en un hábitat artificial tan reducido.
Muchas gracias por tus palabras, Jesús.
Un abrazo.
De polizón encontré una vez una salamanquesa agarrada a un pantalón que colgaba de una percha de Decathlon en Sevilla. La saqué y dejé en los escuetos jardines de los alrededores.
También cuando viví en Sevilla me acompañaron, primero en el patio del adosado y luego en el balcón de un cuarto piso en pleno centro de la ciudad.
Incluso creo que llegaron a criar.
Saludos desde el norte.
Muy interesante, Ars, eso de la salamanquesa de gran almacén deportivo. En cuanto a las salamanquesas de ciudad, conviví con una en un tercer piso en pleno Madrid...aunque sólo yo corrí con los gastos del piso.
Gracias y saludos desde el sur del norte.
Gracias a Dios logré leer sus comentarios, me convencieron de no eliminar esos animales, se puede crear una simbiosis y así vivir en paz. Saludos a todos desde Costa Rica.
Me alegra mucho saberlo. Son animales pacíficos, hermosos y silenciosos, con los que resulta fácil convivir. Saludos
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