Enero, a eso de la una del mediodía -con sol suave- una roca de granito proyecta su sombra allá por los 1.200 m de altitud en la Sierra de Hoyo de Manzanares (Madrid)…
-¡Vaya!, ¿Qué tenemos aquí?
-¿Dónde?
-Aquí, junto a la senda. ¿Ha reparado usted en esa porción de suelo absolutamente seco en medio del terreno húmedo, casi resbaladizo?
-¿Dónde?
-Aquí, junto a la senda. ¿Ha reparado usted en esa porción de suelo absolutamente seco en medio del terreno húmedo, casi resbaladizo?
-Mmm…Ciertamente extraño. La zona seca y la húmeda quedan perfectamente delimitadas coincidiendo con una sombra…que parece succionar el agua del terreno.
-En efecto, es la sombra de una roca. Pero no succiona el agua sino que la mantiene en su sitio.
-Entonces ¿Por qué está seco el suelo sombreado? Si mantiene su agua debería mostrarse oscuro y mojado, como el resto.
-En efecto, es la sombra de una roca. Pero no succiona el agua sino que la mantiene en su sitio.
-Entonces ¿Por qué está seco el suelo sombreado? Si mantiene su agua debería mostrarse oscuro y mojado, como el resto.
-Permítame efectuar una simple averiguación. Hincaré la punta metálica de mi bastón en ambos tipos de suelo…Lo ve: como era de esperar, en suelo húmedo la punta se hunde con facilidad y deja huella…pero en este suelo sombreado y seco la punta no penetra. Por favor golpee ese suelo con su bastón…
-¡Caramba, está tan duro como la roca que lo ensombrece!
-¡Caramba, está tan duro como la roca que lo ensombrece!
-…O tan duro…como el hielo que contiene. El terreno de esta sierra está cargado de humedad, pero se hiela en las noches invernales y deshiela en días tibios, con una excepción: las sombras orientadas al norte y suficientemente amplias, como la de esta roca, capaces de mantener el suelo suficientemente frío, helado y consecuentemente: seco.
- ¡Concluyente, amigo mío!, otro caso resuelto.
- ¡Concluyente, amigo mío!, otro caso resuelto.
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