martes, 28 de abril de 2009

SIERRA DE GUADARRAMA. Claves para entender sus paisajes

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UNA SIERRA MEDIA EN MEDIO DE TODO
Puede afirmarse que la Sierra de Guadarrama es una sierra media, ubicada en medio de las submesetas norte y sur, en el centro del sistema central (entre Gredos y Sierra de Ayllón), entre los frentes procedentes del Norte y los del Oeste o el Suroeste, entre dos grandes cuencas hidrográficas (Duero y Tajo), entre dos grandes áreas de vegetación (provincias fitogeográficas carpetano-ibérico-leonesa y castellano-maestrazgo-manchega), y entre las actuales comunidades autónomas de Castilla y León (Segovia, Ávila) y Madrid.


Otro aspecto que influye notablemente los paisajes de la Sierra de Guadarrama es el cercano emplazamiento del área metropolitana de Madrid (la capital + su periferia urbana) con una población cercana a los 6 millones de habitantes.


BAILE DE NÚMEROS Y ROCAS
Los orígenes geológicos de la Sierra de Guadarrama son tan remotos como discutidos entre los especialistas. Esto se debe a que parte del roquedo se halla metamorfizado, sufrió profundas transformaciones en el interior del subsuelo, lo que dificulta precisar la edad.

Hacia 1930 se estimaba que los materiales más antiguos de los que ahora componen la Sierra de Guadarrama correspondían a la era Paleozoica (aprox. 250 millones de años). En nuestros días se les atribuye mayor antigüedad ubicando su origen en una fosa submarina del Precámbrico (aprox. 1.200 millones de años).


Los sedimentos allí depositados y metamorfizados experimentaron después, durante la era Paleozoica, el levantamiento (orogenia Hercínica) que creó la Cordillera Hercínica europea, hoy prácticamente desaparecida y de la que formó parte el Macizo Ibérico (mitad occidental de la península ibérica). Restos de aquellos materiales (gneises glandulares) subsisten en diferentes paisajes de la Sierra de Guadarrama: montañas de Peñalara, Cuerda Larga, Mujer Muerta...



A finales de aquel levantamiento u orogenia Hercínica surgieron los granitos de la Sierra de Guadarrama (Carbonífero-Pérmico Inferior, hace aprox. 300 millones de años). La generación de los granitos abarcó un período de 40 a 50 millones de años. Los núcleos graníticos de la Sierra de Guadarrama configuran hoy paisajes como los de La Pedriza, La Cabrera, Siete Picos, Maliciosa, La Peñota, Las Machotas, Abantos, y la Sierra de Hoyo de Manzanares.


Desde finales del Paleozoico y a lo largo del Mesozoico (entre 250 y 65 millones de años) las montañas hercínicas antecedentes de la Sierra de Guadarrama quedaron expuestas a la erosión y en las tierras circundantes penetraron las aguas marinas. En su momento los geólogos imaginaron antiguos fiordos ocupando los fondos de valle, sin embargo 185 millones de años de erosión habían reducido aquellas montañas hercínicas a un suave relieve, casi llano, junto al Mar de Tethys. De esas transgresiones marinas quedan ahora depósitos calizos y playas fósiles al pie de la sierra.


En la era Cenozoica sobrevino la orogenia Alpina (hace unos 35 millones de años) que fragmentó el duro Macizo Ibérico levantándolo en grandes bloques (horst) y abriendo entre ellos amplias depresiones (fosas tectónicas) como el actual Valle del Lozoya. La elevación de los bloques reinició la erosión fluvial sobre sus pendientes. Además, hace unos 5 millones de años, la Meseta basculó al Oeste comenzando a drenar al Atlántico el agua que antes se acumulaba en grandes lagunas interiores.


A lo largo del Cuaternario (aprox. los últimos 2’5 millones de años) se manifiestan las últimas grandes glaciaciones. La Sierra de Guadarrama sólo fue afectada, y poco, por la última de ellas, la Würm (hace unos 15.000 años). La glaciación Würm estableció en Guadarrama nieves perpetuas a partir de la cota 2.200 m con un glaciarismo de tipo escandinavo, consistente en casquetes de hielo permanente que descendió de las cumbres excavando concavidades de las cotas altas hasta abrir circos glaciares. Esos circos, ubicados principalmente en la vertientes Sureste, reciben en la Sierra de Guadarrama el nombre de hoyos/as. El aparato glaciar más desarrollado se estableció sobre el macizo de Peñalara y sus circos generaron modestas lenguas de hielo de poco más de 1 km de longitud.


Durante los períodos fríos del Cuaternario ha tenido mayor repercusión en la Sierra de Guadarrama el ambiente periglaciar definido por la sucesiva congelación y descongelación del roquedo y los suelos. El periglaciarismo acumuló grandes canchales en las laderas guadarrámicas y formó el sustrato en que arraiga su actual paisaje forestal.



GRANDES COLINAS, PEQUEÑOS ABISMOS
La Sierra de Guadarrama compendia laderas de fuerte desnivel coronadas en suaves cumbres y amplios cordales, que bien podrían decirse lomas aun superando los 2.000 m sobre el nivel del mar, paradoja que obedece a la dura naturaleza (cristalina) de sus materiales rocosos.


La mansedad de estas cumbres es herencia del paisaje casi llano (penillanura) que precedió a la actual sierra. El último levantamiento (orogenia Alpina) fracturó el núcleo rocoso de ese paisaje desplazándolo arriba o abajo en bloques que se deslizaron sobre grandes fisuras, conocidas por los geólogos como planos de falla. El resultado es un paisaje de colinas elevadas hacia el cielo que culminan en los 2.430 m de Peñalara (2.428 m según apuntan otras mediciones).


Además de vertientes abruptas en los frentes o planos de falla (cara sur de Maliciosa, Siete Picos…) hay escarpes en algunas líneas de cumbre, consecuencia del glaciarismo y del periglaciarismo (cara sureste de Peñalara, Claveles, cara norte de Cabezas de Hierro, Mujer Muerta…).


Es innegable el componente alpinista en la Sierra de Guadarrama, paisaje de reducidas dimensiones y muy localizado que se recrece en un destacadísimo relieve de masas graníticas (La Pedriza, La Cabrera).


MONTAÑA CONTINENTAL Y MEDITERRÁNEA
La Sierra de Guadarrama queda en el centro del Sistema Central, sometida a una acusada continentalidad cuyos registros de temperatura y humedad se ajustan tanto a su emplazamiento en latitud como al propio relieve (su altura y orientación).

El clima de la mayoría de la sierra y su rampa se sitúa entre el seco superior y subhúmedo: de 550 a 1.000 mm (litro por m2) de precipitación anual. En el Puerto de Navacerrada (1.858 m) se evidencia un clima de alta montaña mediterránea, especialmente húmedo si se compara con las tierras llanas de ambas submesetas. No obstante su mediterraneidad se manifiesta de principios de julio a mediados de agosto con un ligero período de estrés hídrico, momento en que la demanda de agua por las plantas supera a la cantidad disponible.



Datos de la Agencia Estatal de Meteorología tomados en el Puerto de Navacerrada a 1.890 m de altitud* (de 1971 a 2000) arrojan los siguientes valores climatológicos normales:

  • Media de las temperaturas mínimas: -3’1º C en enero / 11’3º C en julio y agosto. (Segovia 0’3º C. Madrid 2’6º C)
    En la alta montaña hay que tener muy en cuenta la influencia del viento (factor Chill). Por ejemplo: a -3º C con viento de 50 km/h la sensación térmica equivale a -12’2º C.
  • Media de las temperaturas máximas: 2º C en enero / 21’2 º C en julio y agosto. (Segovia 28’8º C. Madrid 31’2º C)
  • Media anual de nieve: 78 días, principalmente de noviembre hasta abril / Ninguno en julio o en agosto. (Segovia 13 días, Madrid 4 días)
  • Media anual de helada: 142 días, principalmente de noviembre hasta abril / Ninguno en julio o en agosto. (Segovia 56 días. Madrid 16 días)
  • Precipitación media anual: 1.326 mm. Más abundantes de octubre hasta mayo. (Segovia 464 mm. Madrid 436 mm)
(*) Segovia (1.005 m), Madrid (667 m)




LAS TIERRAS DE LA SIERRA
En la mitad noroeste de la Comunidad de Madrid predominan los suelos silíceos de carácter ácido, son arenas (arcosas) procedentes de la degradación de los granitos y rocas metamórficas de la Sierra de Guadarrama y su rampa que han formado sedimentos desde su base hasta la fosa del Tajo.

Arcosas, suelos silíceos formados por arenas de carácter ácido.








No obstante existen reducidas superficies de suelo calizo de carácter básico, en el fondo del valle del Lozoya, en los alrededores del Pico San Pedro (entre Soto del Real, Guadalix de la Sierra, San Agustín de Guadalix) o en la ya más alejada Torrelaguna. La vertiente segoviana añade a esos suelos un tercer substrato de arenisca. Todos esos sedimentos, según su naturaleza química y física, condicionan la flora y fauna de los paisajes serranos.







PAISAJES VEGETALES, COTAS Y CLIMAS
Cada 100 m ganados en altura el termómetro desciende aproximadamente 0’7º C, lo que influye en el régimen de precipitaciones y, por supuesto, en la vegetación de las montañas. Estos cambios en las condiciones climáticas suelen ser graduales aunque, para facilitar su observación y estudio, han sido equiparados a bandas que se superponen en altura: los denominados pisos bioclimáticos, que en la Sierra de Guadarrama responden al modelo de la montaña mediterránea.


Piso de la encina (piso mesomediterráneo). La rampa serrana y la base de la sierra delimitan el piso propio de la encina hasta la cota 1.300 m, o hasta la cota 1.500 m en laderas soleadas y secas. La vegetación característica está formada por encinares (Quercus ilex ballota) pobres en especies de arbustos y de herbáceas que vivan más de 2 años. En los pastos crece Xolantha guttata (Tuberaria guttata) una cistácea anual utilizada como indicador de este piso, asociada a encinares de clima seco o subhúmedo inferior (P 550/1.000 mm).





Más escasos resultan los encinares luso-extremadurenses que en la Sierra de Guadarrama se asientan en suelos silíceos e incorporan alcornoques (Quercus suber). En ciertas zonas bajas de la sierra (transición Guadarrama-Gredos, Madrid y Ávila) crecen pinares de pino piñonero (Pinus pinea) entre las cotas 600 y 1000 m.

Piso del roble melojo (piso supramediterráneo). Por encima de las cotas anteriores y hasta unos 1.700 m de altitud se ubica el piso del roble melojo con una temperatura media anual de entre 8º y 12ºC y precipitación media anual de 800 mm o superiores. El roble melojo (Quercus pyrenaica) es endémico de la península ibérica, sur de Francia y norte de África. De modo natural el melojar sería el bosque dominante en la sierra, pero fue muy mermado por la intervención humana.




El melojar aporta una hojarasca enriquecedora del suelo, a la vez que lo retiene con sus raíces evitando la erosión. Es un bosque rico en plantas herbáceas. Además de robledales de melojo y escasísimos pies de roble albar (Quercus petraea), el piso supramediterráneo contiene fresnedas (Fraxinus angustifolia) con melojo en fondos de valle, sobre suelos profundos y húmedos, y saucedas junto a ríos y arroyos. También se dan pinares de pino resinero (Pinus pinaster) y persisten sabinas (Juniperus thurifera) en ambientes fríos y secos, muy localizadas en la vertiente madrileña (sabinar de Lozoya) y más extendidas en la base segoviana de Guadarrama. Hay escasos abedulares (Betula alba) (puertos de Canencia y de Somosierra) en rincones lluviosos y sobre suelos húmedos, y acebos (Ilex aquifolium) dispersos (con excepciones como la acebeda de Prádena en la vertiente segoviana y la acebeda de Robregordo en Madrid), asimismo se observa una discreta población de tejos (Taxus baccata) dispersos.

Piso del enebro enano (piso oromediterráneo). Laderas y collados ubicados entre 1.600-1.850m y hasta 2.200 m se corresponden con las condiciones bioclimáticas que favorecen el desarrollo del enebro enano (Juniperus communis subsp. alpina) con temperatura media anual entre 4º y 8ºC y precipitación media anual de 1.000 mm o superior. Prosperan además piornos (Cytisus oromediterraneus) y pinos albares (Pinus sylvestris). Una extensa superficie queda ocupada por matorrales de alta montaña mediterránea (enebrales, piornales y cambronales) sin que falten turberas y lagunas.






Piso de praderas de alta montaña (piso crioromediterráneo). A partir de 2.200 m y hasta superar los 2.400 m, las mayores altitudes de la Sierra de Guadarrama alojan pastizales adaptados a ambientes fríos y secos (psicroxerófilos). La temperatura media anual es inferior a 4ºC y el clima resulta húmedo o hiperhúmedo de modo estacional si bien los hielos y vientos limitan el aprovechamiento del agua por las plantas.







RECURSOS PARA TODO/S
Desde la repoblación de la Sierra de Guadarrama en la Edad Media hasta finales del s. XIX se mantuvo en la zona una economía de subsistencia, sobre todo en la actual vertiente madrileña, con agricultura precaria de cereales y huertos, y ganadería tradicional apoyada en razas autóctonas como la cabra de Guadarrama o la vaca negra avileña. Segovia y Lozoya conocieron una ganadería ovina trashumante de importancia. Caballos y mulas para trabajo existieron tanto en la vertiente segoviana como en la madrileña. Y a principios del siglo XIX se implantó la ganadería brava en grandes fincas.



Las actividades forestales se centraron en la caza, la obtención de madera de los pinares (Valsaín, Pinar de los Belgas en El Paular) y de leña y carbón vegetal (robledal de Miraflores, última tala en los años 40 del siglo XX). En la transición entre Guadarrama y Gredos se recolectó profusamente piñones de pino piñonero y, hasta los años ochenta, la resina del pino resinero.

Cabe reseñar otras explotaciones antiguas: la extracción de nieve utilizando neveros (Ventisquero de La Condesa) y pozos de nieve (cuerda de La Carrasqueta) para asegurar el suministro de hielo en tiempos anteriores al frigorífico, y la extracción de granito en canteras (Alpedrete, Bustarviejo…).

A principios del siglo XX el excursionismo y el acercamiento científico y pedagógico a la sierra fueron promocionados decisivamente por la Institución libre de Enseñanza, en esas fechas Guadarrama también acogió a los precursores del montañismo castellano (Club Alpino Español y la Real Sociedad de Alpinismo Peñalara), muy potenciado posteriormente en la importante escuela de escalada que constituye La Pedriza (más de 2.000 vías de diferentes niveles).


Los primeros esquiadores se deslizaron por las nieves del Guadarrama en los albores del s. XX si bien las estaciones de esquí llegaron al mediar ese siglo (Estación de Esquí del Puerto de Navacerrada en 1955, Valcotos en 1969, Valdesquí en 1972). En mayo de 1999 la Comunidad de Madrid procedió al desmantelamiento de la estación de Valcotos, suceso pionero en Europa y al que no es ajeno el cambio climático.

Además de aire libre, la sierra de Guadarrama abastece a Madrid y Segovia de materias primas tan esenciales como el agua. En Madrid, los primeros proyectos y obras del Canal de Isabel II se remontan a mediados del siglo XIX. Aunque ya no sea la única cuenca explotada, el río Lozoya justificó la buena fama del agua de grifo en la urbe madrileña.

La calidad del aire, del agua, de los montes y paisajes de la sierra de Guadarrama fueron sobrado aliciente para atraer desde antiguo una legión de visitantes y nuevos residentes. La abundancia de caza propició el acercamiento de los reyes a estos montes que quedaron incorporados a los paisajes de la realeza por asentamiento de notables residencias, casos del Monasterio de El Escorial (s. XVI), el arruinado Palacio de Valsaín (s. XVII) y los palacios reales de Riofrío (s. XVIII) y de La Granja de San Ildefonso (s. XVIII).

También la aristocracia apreció estos parajes, como muestra el castillo de El Real de Manzanares (s. XV), otro tanto sucedió con órdenes religiosas como la de los cartujos o la de los benedictinos del monasterio del Paular (siglos XIV-XVIII).

Todos usaron y transformaron los paisajes serranos, sin embargo los cambios más intensos y rápidos datan de los años 60 del siglo XX, inicio de su continua urbanización. A los hotelitos aristocráticos y villas de la primera mitad del s. XX se añadieron (si no los reemplazaron) el chalet con parcela, los pareados, los adosados y los pisos.

La mejora de las comunicaciones con Madrid y el elevado precio de la vivienda en esa metrópoli han inducido un cambio de uso en las urbanizaciones del sector central de la sierra y su piedemonte tendiendo a convertirse en primera residencia.


Varios túneles atraviesan hoy la sierra de Guadarrama comunicando por ferrocarril y carretera sus vertientes segoviana, madrileña y abulense. Entre ellos destacan los 4 túneles de Guadarrama y los 2 túneles de 28 km que recorren el subsuelo serrano por el valle del Lozoya (AVE Madrid-Segovia-Valladolid). Mucho antes, fueron establecidas vías de comunicación en el paso natural de los puertos serranos: Fuenfría (calzada romana y carretera de la República), Puerto de Guadarrama o Alto del León o de Los Leones (s. XVIII), Puerto de Navacerrada (1788), Puerto de Somosierra…

La Sierra de Guadarrama sirve de plataforma a otro tipo de comunicaciones siendo el caso más notorio el de la cumbre conocida como La Bola del Mundo (Alto de las Guarramillas 2.265 m) coronada desde la segunda mitad del siglo XX por antenas para la emisión de señales de radio y televisión.

En los años sesenta del siglo veinte, con la irrupción del automóvil utilitario, surgió la figura del dominguero que iba a la sierra a comer la tortilla (después la paella, luego la barbacoa) sin miramiento alguno por los desperdicios generados. En los setenta sobrevino una plaga que perdura: las motos por caminos, sendas y campo a través. En los ochenta las laderas serranas contrajeron la fiebre del vehículo todoterreno. Luego rodaron las bicicletas BTT y los quads. Incluso por el aire hay quien surca la sierra en velero (vuelo sin motor), parapente o ala delta.



Desde finales del siglo XIX los paisajes de la Sierra de Guadarrama han experimentado una transformación radical debida a repoblaciones forestales, represamiento de ríos para embalses, abandono de los modelos tradicionales de explotación agropecuaria, urbanización e industria del ocio.

La proximidad del área metropolitana madrileña liga los paisajes serranos a 6 millones de urbanitas ávidos de horizontes naturales.

En junio de 2013 una parte de estas montañas fue declarada Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama.

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8 comentarios:

Jesús Dorda dijo...

Javier, Javier, hay libros con menos información que este artículo. Una delicia que hay que metabolizar en pequeñas dosis.
¡Cuantas andanzas, leyendas y escribiendas! Y lo mejor, muchas de ellas juntos.

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

Muchas gracias, Jesús.
Es que Guadarrama, como montaña, da la talla. Esto es sólo un granito de arena ¿o arena de granito?
En fin, es mi pequeña contribución a lo mucho que me ha dado (nos ha dado) y sigue dando esta pequeña gran sierra.

Abrazos

Anónimo dijo...

Hola !!! soy una estudiante de Madrid, curso 2º de la ESO y me prguntaba si me podríais resolver una duda que tengo: el suelo de La Pedriza, ¿es básico o ácido?¿por qué?
Espero que me podais ayudar, ees para un trabajo. Gracias:
Atentamente Esther

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

Hola, Esther.

Los suelos existentes en La Pedriza
son suelos silíceos procedentes de la degradación de los granitos y por tanto son de carácter ácido.

Espero que te haya ayudado.

Gracias por visitar EL ÚLTIMO RINCÓN. Hasta pronto.

Javier

Anónimo dijo...

hola soy otra estudiante de 2 de eso y os agradezco mucho que tengais tanta informacion en vuestra pagina, pues es la unica en la que he encontrado la informacion necesaria para formular correctamente las respuestas de mi trabajo.

pero me queda una duda: a que profundidad aproximada se ha formado el granito de la sierra de guadarrama???

muchas gracias y espero que no sea muy complicada mi pregunta. mara

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

Hola, Mara. Es difícil contestar exactamente a qué profundidad se formaron los granitos de la sierra de Guadarrama, pero, por lo general, las rocas graníticas se forman entre los 25 y 40 km de profundidad.
Muchas gracias por asomarte a EL ÚLTIMO RINCÓN.
Hasta pronto.

Alimoche dijo...

Buenísimo Javier.
Enhorabuena

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

Me alegro de que te guste. Muchas gracias, Alimoche.