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martes, 31 de enero de 2017

El MISTERIO de la SOMBRA SECA

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Enero, a eso de la una del mediodía -con sol suave- una roca de granito proyecta su sombra allá por los 1.200 m de altitud en la Sierra de Hoyo de Manzanares (Madrid)…


-¡Vaya!, ¿Qué tenemos aquí?

-¿Dónde?

-Aquí, junto a la senda. ¿Ha reparado usted en esa porción de suelo absolutamente seco en medio del terreno húmedo, casi resbaladizo?

-Mmm…Ciertamente extraño. La zona seca y la húmeda quedan perfectamente delimitadas coincidiendo con una sombra…que parece succionar el agua del terreno.

-En efecto, es la sombra de una roca. Pero no succiona el agua sino que la mantiene en su sitio.

-Entonces ¿Por qué está seco el suelo sombreado? Si mantiene su agua debería mostrarse oscuro y mojado, como el resto.


-Permítame efectuar una simple averiguación. Hincaré la punta metálica de mi bastón en ambos tipos de suelo…Lo ve: como era de esperar, en suelo húmedo la punta se hunde con facilidad y deja huella…pero en este suelo sombreado y seco la punta no penetra. Por favor golpee ese suelo con su bastón…

-¡Caramba, está tan duro como la roca que lo ensombrece!

-…O tan duro…como el hielo que contiene. El terreno de esta sierra está cargado de humedad, pero se hiela en las noches invernales y deshiela en días tibios, con una excepción: las sombras orientadas al norte y suficientemente amplias, como la de esta roca, capaces de mantener el suelo suficientemente frío, helado y consecuentemente: seco.

- ¡Concluyente, amigo mío!, otro caso resuelto.


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domingo, 11 de septiembre de 2016

ESPEJISMOS en CARRETERA: una aparente reflexión sobre la refracción de la luz

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Especialmente en verano, cuando el calor aprieta, es frecuente observar en la carretera grandes charcos que reflejan el cielo e incluso algún vehículo que transita entre ellos…la visión se desvanece según avanzamos por la calzada y puede resurgir más adelante.

En realidad es un mero espejismo. No hay agua ni reflejos, sino aire y refracción de la luz.

Reflejar y refractar son conceptos distintos. Cuando la luz “rebota” sobre una superficie hablamos de reflejo, si la luz atraviesa esa superficie y se propaga por un medio de diferente densidad entonces refracta: cambia de velocidad y también altera su trayectoria.

Espejismo sobre asfalto de carretera.

La insolación recalienta el oscuro asfalto, lo que aumenta notablemente la temperatura del aire en contacto con él. Este efecto disminuye hacia arriba y prácticamente no influye a un metro de altura sobre el asfalto.

En consecuencia, en la carretera habrá capas de aire con distinta temperatura y, por tanto, diferente densidad. Parte de la luz procedente del cielo o de superficies del paisaje atraviesa esas capas y modifica en ellas su trayectoria: se curva hacia el suelo y luego hacia arriba (hacia nuestros ojos) generando réplicas totales o parciales de imágenes (cielo, vehículos, postes, señales…) que vemos desplazadas de su posición real.

Espejismo sobre asfalto de autovía.

Si nos hayamos a la distancia y altura adecuadas percibiremos tales imágenes proyectadas sobre el propio asfalto (zona de inflexión en la trayectoria curva de esa luz refractada). En ocasiones esas imágenes aparecen invertidas y en movimiento. El cerebro interpreta todo este fenómeno como reflejos y lo asocia a la presencia de agua. Sin embargo no son reflejos, sino refractos, lo que atisbamos e incluso podemos fotografiar en el asfalto.

Este espejismo se acentúa en carreteras con badenes y en otras depresiones del paisaje, lo que contribuye aún más a confundirlo con láminas de agua.

Espejismo sobre ligeros badenes en asfalto de carretera.


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domingo, 29 de mayo de 2016

APUNTES DEL PAISAJE: sabinares burgaleses

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Sabinar de Burgos con tenadas para aprovechamiento ganadero.

SABINARES
La sabina española (Juniperus thurifera) es un pequeño árbol del mismo género que los enebros, sus hojas recuerdan a las del ciprés. Forma bosques abiertos que dejan lugar a arbustos pequeños y pastos. Estos sabinares están adaptados a condiciones de clima continental con extremos de frío y sequedad. Su área de distribución mundial queda restringida a regiones del S. y S.E. de Francia, Córcega, España y N. de África.
En España solo se hallan en tierras altas del E. S. y centro peninsular, preferentemente sobre calizas.
En el S.E. burgalés y el N.O. soriano los sabinares dominan paisajes de mesetas rocosas, sus materiales se formaron en fondos de mares que cubrieron Castilla -y la mayoría de la actual península ibérica- durante el Cretácico. Posteriormente esos depósitos fueron elevados durante la orogenia alpina transformados en altiplanos con fósiles de erizos de mar, ostras y diversos invertebrados extinguidos.
Sabinar de Burgos con sabina española (Juniperus thurifera).

COPA CÓNICA
Aspecto que presentan las sabinas en condiciones naturales, especialmente los árboles jóvenes. Cuando son podadas durante años crecen rectas y altas mostrando un tronco grueso y limpio que tradicionalmente se utilizó para vigas en la arquitectura rural de estas zonas. También se obtenían tablones de una madera noble, imputrescible y aromática, excelente para puertas, marcos de ventanas y mobiliario de arcas.

PASTOS
Al ser un bosque con árboles dispersos, el sol ilumina los suelos y en ellos aparecen herbazales favorecidos por los ganaderos para pasto de rebaños, básicamente ovejas, cuya lana fue una de las principales fuentes de riqueza en las altas tierras castellanas durante la Edad Media y hasta bien entrado el s. XX
El clima frío, aquí dominante, retrasa la primavera -que es lluviosa- y también suaviza el estío. Ello contribuye a mantener los pastos verdes durante buena parte del verano.

Sabinar de Burgos con tenadas y pastos para aprovechamiento ganadero.

TENADAS
En otras zonas se denominan tinadas o parideras. Hoy en desuso o incluso en ruinas, fueron construcciones rústicas para los rebaños de ovejas y cabras. Gruesos muros de piedra caliza, sin cemento ni argamasa, soportan vigas de sabina sobre las que remata un tejado de teja roja. Piedra, madera y barro: recursos naturales convertidos en material de construcción.
Las tenadas, ubicadas lejos de los pueblos, guardaban el ganado en las noches y protegían a las hembras con crías. Fueron fortalezas casi inexpugnables ante el principal peligro de los rebaños...el lobo (Canis lupus signatus), todavía presente.
Aparte de ovejas y cabras, las tenadas alojan unos inquilinos indeseables: las pulgas (insectos sifonápteros), protegidas por la oscuridad que reina en el interior disponen de un rebaño entero para ellas solas.
En los muros de piedra abundan huecos aprovechados por lagartijas y aves de costumbres cavernícolas, como el colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros), que anida en los paredones o bajo las tejas y canta subido a los tejados.

Sabinar de Burgos con tenadas y pastos para aprovechamiento ganadero.

VECINOS DE ALREDEDOR
Cuando las tenadas aún guardan ganado, aparte de cagarrutas esparcidas por doquier habrá en las cercanías garrapatas y ortigas. Las garrapatas (ácaros ixodoideos) succionan sangre de ovejas, cabras, perros...y humanos. Suelen quedar agazapadas en ramajes y tallos de plantas junto a sendas que frecuentan los rebaños. Allí esperan, incluso durante meses, a su víctima. Las ortigas (Urtica spp.) prosperan en suelos con alto contenido de sustancias nitrogenadas por acumulación de excrementos y orines del ganado.
Por los aires vuelan buitres leonados (Gyps fulvus) durante todo el año, la especie debió ser muy abundante en los tiempos de máximo esplendor de la ganadería lanar, gracias a sus despojos y carroñas. En primavera y verano se suman alimoches (Neophron percnopterus) y vencejos reales (Apus melba). No faltan águilas reales (Aquila chrysaetos) y águilas perdiceras (Aquila fasciata), halcones (Falco peregrinus)...y, por las noches, búhos reales (Bubo bubo). Todos ellos anidan en los acantilados verticales de las mesetas calizas.

MÁS SOBRE INTERPRETACIÓN DEL PAISAJE en: 
Manual para observar e interpretar paisajes



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viernes, 29 de abril de 2016

APUNTES DEL PAISAJE: campiña del sudeste madrileño

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Paisaje de campiña ubicado en el borde septentrional del páramo de Chinchón (Madrid). Vistas hacia el valle del Tajuña y a un horizonte muy alejado en amplia y despejada panorámica.

Se trata de una antigua cuenca sedimentaria que fue erosionada por los ríos Tajuña y Tajo hasta quedar elevada sobre ellos. Hoy constituye un territorio a caballo entre ambos ríos (interfluvio).




ESTRUCTURA
Paisaje eminentemente agrario dividido en parcelas sobre tierras pardas-blanquecinas (calizas) que surcan carreteras y caminos, además de cableado telefónico y de electricidad, hay edificios (agrarios, residenciales), pequeños cerros, horizonte llano y nubes. 

ORGANIZACIÓN
Mosaico de olivares, viñedo, tierras de cereal, sementeras, barbechos, ribazos, construcciones, cerros y nubes.
Se aprecia la repetición de algunas formas (patrones): nubes en cúmulos, parcelas desiguales, alineamientos, suaves ondulaciones.
Y se perfilan algunos corredores: cultivos alineados (dirección del laboreo), tendidos por los que fluye electricidad o información (teléfono), carreteras y caminos (movilidad de personas y mercancías)




CONECTIVIDAD
Geodinamismo reducido en superficie: el suave relieve apenas facilita el transporte de materiales por gravedad desde zonas poco más elevadas. No se aprecia sistemas de drenaje (cárcavas, arroyos, ríos…) esto implica una importante infiltración del agua de lluvia en el terreno (tierras de calizas del páramo) hacia acuíferos del subsuelo.
Meteodinamismo manifestado en formación de cúmulos (Cumulus humilis) a poca altura sobre suelos calentados por el sol. Son nubes que indican buen tiempo.
Agrodinamismo considerable expresado en la variedad de cultivos y laboreos (tierras removidas, suelos muy despejados, ribazos), así como en el alineamiento de olivos y vides (cultivos perennes con potentes raíces que profundizan algo y se extienden en todas direcciones) sobre suelos labrados aprovechando al máximo tierra, sol y agua. Imperan cultivos en régimen de secano acordes con la escasa precipitación del lugar (la menor pluviosidad de la Comunidad de Madrid, con registros anuales entre 400 y 500 mm. En comparación, Jaén alcanza 552 mm).
Hay sectores de paisaje frutal con presencia de olivar/viñedo que mantienen cierta naturalidad y biodiversidad.
Los estratos vegetales (arbóreo, arbustivo y herbáceo) son artificiales (antrópicos) por corresponder a plantas cultivadas (olivo, viñedo, cereal) separadas en parcelas heterogéneas, esto último indica que la propiedad del suelo y su uso quedan muy repartidos entre la población local.
La principal producción de estos campos es: aceite, olivas, vino, pan, queso y caza.
Uso residencial marginal, localizado en cerros con mejores vistas sobre suelos más secos y menos apropiados para cultivo. De momento el uso residencial no entra en conflicto con este paisaje agrario.


MÁS SOBRE INTERPRETACIÓN DEL PAISAJE en: 
Manual para observar e interpretar paisajes



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miércoles, 24 de febrero de 2016

Manual para observar e interpretar paisajes

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Saber leer paisajes es un interesante modo de descubrir el mundo. De eso trata este libro.

Un libro concebido como manual, en su doble sentido: llevarnos de la mano en el conocimiento de los paisajes, y resultar tan manejable que nos sirva de compañía viajando por ellos.

La obra tiene tres partes que conviene seguir en su orden, aunque el libro pueda leerse perfectamente sin observar ninguno (que el lector elija su camino).

La primera parte trata sobre el paisaje y su naturaleza. Intenta definir algo tan complejo mostrándolo en tres dimensiones (naturaleza, observador y tiempo) y en tres planos (físico, vivo y artificial). Aborda la materia de que están hechos, sus formas, la energía que circula por ellos y los cambios a que se ven sometidos con el paso del tiempo. Luego repasa su ecología y la presencia de lo humano en esos paisajes, su naturalidad o artificialidad, su aspecto cultural.

La segunda parte centra la mirada en la percepción del paisaje, en su observación pormenorizada (en qué y cómo fijarse). Como ejercicio práctico desarrolla un modelo de interpretación aplicado a un ejemplo concreto de paisaje. También explica para qué sirve interpretar paisajes.

El libro concluye con un vistazo a los paisajes de España, su diversidad y –a grandes rasgos- sus tipos: paisajes de costa, de ríos, riberas y humedales, forestales, de montaña, montes, serranías, llanuras, paisajes agrarios, ganaderos, urbanos, industriales, paisajes espirituales, mágicos, religiosos, y paisajes del subsuelo.

Todo ampliamente ilustrado con más de 90 fotos en color a lo largo de sus 144 páginas. Y como complemento una bibliografía con libros y documentos para ampliar información.


Quiero agradecer a Víctor J. Hernández, editor de TUNDRA, su iniciativa y amplia visión al promover la publicación en papel de esta obra A LA VENTA EN LIBRERÍAS y en la web de TUNDRA sin gastos de envío a cualquier país.

El autor
Fco Javier Barbadillo Salgado



ÍNDICE de la OBRA


PRIMERA PARTE: el paisaje y su naturaleza

El paisaje por definir
Tres dimensiones del paisaje
Tres planos del paisaje
Física del paisaje: materia y formas
Física del paisaje: energía
Física del paisaje: tiempo y cambios
Biología del paisaje: ecosistemas y biotopos
Antropología del paisaje: naturalidad y artificialidad
Antropología del paisaje: dimensión cultural


SEGUNDA PARTE: el paisaje y su interpretación

Ver un texto no es leerlo
Percepción: lo que nos llega del paisaje
Observación: en qué fijarse
Indicadores biológicos (bioindicadores), algunos ejemplos
Indicadores geológicos y geomorfológicos, algunos ejemplos
Indicadores ecológicos, algunos ejemplos
Indicadores meteorológicos, algunos ejemplos
Interpretación: leer paisajes
Para qué sirve interpretar paisajes


TERCERA PARTE: paisajes de España

España es diferente: en la diversidad de sus paisajes
Paisajes de costa
Paisajes de ríos, riberas y humedales
Paisajes forestales
Paisajes de montaña, montes, serranías
Paisajes de llanuras
Paisajes agrarios
Paisajes ganaderos
Paisajes urbanos
Paisajes industriales
Paisajes espirituales, mágicos, religiosos
Paisajes del subsuelo

Bibliografía: libros y documentos para ampliar información


ENTREVISTA AL AUTOR sobre este libro y los paisajes de su vida, publicada en EL ASOMBRARIO





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lunes, 26 de octubre de 2015

MURTA…y similares

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MURTA…y similares

Del griego myrtos derivaron el latino myrtus y el castellano mirto. El mirto o arrayán (Myrtus communis) es un arbusto aromático de la familia de las mirtáceas que se cría espontáneamente en las cercanías del litoral mediterráneo, desde Gerona al estrecho de Gibraltar, también en Baleares, en las tierras bajas del Guadiana y Guadalquivir, extremo occidental de Sierra Morena y zonas de Portugal.

Sinónimo castellano de mirto es murta, nombre que igualmente se le da en Galicia, Portugal y Cataluña. En Portugal y Galicia se conoce además como murtra, mirta, miltra y murteira. En catalán también se llama murter, murtera, murtra, murter y murtrera.

La Murta es un pueblo de Murcia, al igual que Las Murtas y Murtas. El mismo nombre de la ciudad de Murcia (derivado de Myrtea, Murtea, o Murtia) se relaciona con abundancia en mirtos. Hay también un Murtas en Granada. En Portugal existen Murta, Murteirinha, tres localidades denominadas Murteira, y un Murtede y una Murtosa que probablemente estén relacionados con el mirto. En Huelva, Los Murtales. Y Es Murtera en la isla de Mallorca.


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lunes, 31 de agosto de 2015

RETUERTA…y similares

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RETUERTA…y similares

Retuerta y otros topónimos similares proceden del latín rivi torta que significa ”río torcido”.

El nombre de Retuerta lo comparten al menos tres pueblos españoles, todos coinciden en estar ubicados en la ribera de un curso de agua que traza una evidente curva. Hay un Retuerta a orillas del río Arlanza (Burgos), otro junto a un arroyo tributario del Tormes (Ávila) y un tercero junto al Duero (Valladolid).

Existe además un Retuerta del Bullaque junto al río del mismo nombre (Ciudad Real), varios Retorta (Orense y Portugal) y un Retuerto (León) que concuerdan con el mismo tipo de emplazamiento geomorfológico elegido por sus pobladores.


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jueves, 23 de julio de 2015

CEREZO...y derivados

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CEREZO...y derivados

El nombre del cerezo (Prunus avium) deriva del latín vulgar ceresia y del latín clásico cerasium. Este árbol, muy popular, bautizó a numerosos pueblos de la geografía ibérica con las diversas variantes vernáculas de su nombre.

Expresan singularidad: 

Cerezo, en Cáceres. El Cerezo, en Salamanca, Ávila y Jaén. Cerezo de Mohernando, en Guadalajara, y Cerezo de Riotirón en Burgos. La Cirera, en Tarragona. En Huesca, Ceresa, Cerésola y Ceresuela. Cereixo, en Lugo. Cerejo y Cerdaira, en Portugal. Y los segovianos Cerezo de Arriba y Cerezo de Abajo.

Aluden a la presencia de un conjunto de cerezos:

Cereceda, en Asturias, Burgos y Guadalajara. Cereceda de la Sierra, en Salamanca. Cerecedo, en León. Cerceda, en La Coruña. En Madrid hay otro Cerceda y un Cercedilla. Siete Cerdeira se reparten entre Pontevedra, Orense, La Coruña y Portugal. Cerecinos de Campos y Cerecinos del Carrizal, en Zamora. Cereixal y Cereixido, en Lugo. Cerejais, en Portugal. Cerezal, en Cáceres y León. Cerezal de Aliste, en Zamora, y los Cerezal de Peñahorcada y Cerezal de Puertas en Salamanca. León cuenta con Cerezales del Condado. Y Teruel con Los Cerezos.


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lunes, 22 de junio de 2015

El arraigo de la genciana

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Genciana mayor (Gentiana lutea)

Entre la grandes hierbas (megaforbios) que crecen en las montañas ibéricas destaca la genciana mayor (Gentiana lutea)*, de vistosa floración amarilla, anaranjada o rojiza sobre altos tallos erguidos y hojas de nerviación muy marcada. Hojas y flores son respetadas por el ganado, pero la parte oculta de la planta -un tallo subterráneo o rizoma- fue recolectada por los humanos hasta casi el exterminio debido a sus propiedades tónico estomacales y aperitivas manifiestas en un intenso amargor útil, por ejemplo, para fabricar el bitter (“amargo” en inglés).

Tallo subterráneo (rizoma) de genciana mayor (Gentiana lutea)

El rizoma de la genciana mayor no es poca cosa, alcanza 1 m de largo y puede superar los 5 kilogramos. En él almacena sustancias de reserva que permiten a la planta sobrevivir oculta en otoño-invierno y rebrotar en primavera. El rizoma emite raíces que captan agua y minerales agarrándose al terreno tan profunda y eficazmente que los recolectores de otros tiempos debían valerse de picos y herramientas para extraerlo.

La genciana mayor arraiga en terrenos de montaña más o menos pedregosos, que drenen el exceso de agua y a la vez mantengan una cierta humedad. Esto es relativamente fácil en las montañas de la mitad superior peninsular, pero se complica en el sistema Central y Sierra Nevada. En la Sierra de Guadarrama, por ejemplo, la genciana mayor suele aparecer en cotas superiores a 1.700 m y restringida a orientaciones umbrías o zonas con persistente acumulación de nieve.

Genciana mayor (Gentiana lutea) a finales de septiembre. Sierra de Guadarrama.

En el Parque Nacional de Guadarrama –como en otras montañas- experimenta hoy una recuperación espontánea tras el abandono de su recolección. Así, cada vez resulta más frecuente recolonizando sus territorios históricos. En esta sierra de Guadarrama prospera en praderas muy pedregosas, a veces en precarios pastizales sobre canchal, como es el caso que nos ocupa…

Al fondo: canchales con praderas pedregosas donde habita la genciana mayor 
(Gentiana lutea). Sierra de Guadarrama.

El 6 de junio de 2015 recorriendo uno de esos pedregales observé -a unos 2.100 m de altitud- gencianas iniciando el rebrote anual. Emergían de una pradera de canchal en la que advertí un curioso fenómeno: parte de la pradera había sido arrasada por el agua, pues se embarró y deslizó dejando huecos entre los rizomas de las gencianas capaces de retener suelo a su alrededor. Del herbazal desaparecido sólo quedó un sustrato terroso entre el pedrerío.

Brotes anuales de genciana mayor (Gentiana lutea
en pradera pedregosa sobre canchal. Sierra de Guadarrama.

Tallos florales viejos (palos secos) y brotes anuales de genciana mayor 
(Gentiana lutea) en ladera pedregosa de canchal con deslizamiento 
de tierra por sobrecarga de agua. Sierra de Guadarrama.

¿Cómo pudo sufrir una “riada” sólo un fragmento de la pradera rocosa? La respuesta debe estar relacionada con varios hechos: 

 1. La pradera se ubica en el tramo superior de un canchal

 2. En este canchal y por encima de él se mantienen más tiempo manchones de nieve (neveros) que funden lentamente escurriendo su agua entre las piedras hacia el fondo de la ladera. 

 3. En la primera mitad del mes de mayo (2015) se registró una ola de calor que disparó las temperaturas hasta valores de pleno verano acelerando la fusión de la nieve, luego llegaron las tormentas…

En el tramo señalado desapareció parcialmente la pradera pedregosa. Sierra de Guadarrama.

Zona de surgencia de agua por sobrecarga de canchal. 
Restos de pradera pedregosa con genciana mayor (Gentiana lutea). 
Sierra de Guadarrama.

En consecuencia, el canchal pudo saturarse de agua que brotó por una zona nada habitual: la pradera pedregosa. Ese lugar presenta agujeros en la tierra por donde debió aflorar el agua. Un retazo de pradera desapareció, pero las gencianas permanecen y siguen rebrotando de su raigambre.

Brotes de genciana mayor (Gentiana lutea
sujetan tierra de pradera pedregosa erosionada por sobrecarga de agua en canchal. 
Se aprecian posibles huecos de surgencia del agua.



* Distribución de genciana mayor en España: 
Pirineos, Montes Vascos, Cordillera Cantábrica, Macizo Galaico, Montes de León, Sistema Ibérico septentrional –sierras de la Demanda, Urbión, Cebollera–, centro de la Península Ibérica (desde la sierra de Estrela hasta la de Ayllón en el sistema Central) y Sierra Nevada.
Según Flora Ibérica: 
http://www.floraiberica.es/floraiberica/texto/pdfs/11_130_01_Gentiana.pdf


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viernes, 13 de marzo de 2015

GUIJO-GUIJA...y derivados

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GUIJO-GUIJA...y derivados

Según el Diccionario de uso del español, de M. Moliner, guijo es un “conjunto de piedras menudas que se emplea en la construcción de los caminos”. Equivale a grava y gravilla. Según el Diccionario etimológico de la lengua castellana, de J. Corominas, guijo viene del antiguo aguija o piedra guija. Hacia el año 1.300 se denominaba guija a la piedra pelada o chica. Tanto guijo como guija posiblemente proceden del latín vulgar petra aquílea: piedra aguda. Aquílea a su vez fue una derivación de acúleus: aguijón. Por su parte el Diccionario de la lengua española, de la RAE, define guijo como “pequeño canto rodado” y guija como “piedra lisa y pequeña que se encuentra en las orillas y cauces de los ríos y arroyos”.

Por tanto, los nombres de pueblo o lugares derivados de estas palabras han de corresponderse con parajes en que existan rocas lisas o puntiagudas, o gravas o piedras pequeñas que tengan cierta importancia en la composición de los suelos, como es el caso de los pedregales fluviales.

Al menos existen en España los siguientes municipios relacionados con guijo-guija. En Segovia: El Guijar y Gijasalbas. En Córdoba: Guijo y La Guijarrosa. El Guijo y El Guijillo en Huelva. Nuevamente El Guijo, en Cádiz. Un Navalguijo en Ávila, donde además hay un pueblo denominado La Hija de Dios (la hija como posible derivación de la guija). Un Guijo de Ávila inexplicablemente en Salamanca. Guijo de Coria, Guijo de Galisteo, Guijo de Granadilla y Guijo de Santa Bárbara, todos en Cáceres. Soria y Guadalajara tienen cada una su Guijosa. Casas de Guijarro en Cuenca. El Guijoso en Albacete. Y probablemente con el mismo significado también: Los Guijuelos de la provincia de Ávila y el afamado Guijuelo de Salamanca, más conocido por su chacinería ibérica que por sus piedras.



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