domingo, 21 de junio de 2009

TAPIOLOGÍA. Reutilizando el paisaje

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Hace muchos años que un buen amigo mío, geólogo por más señas, me habló de la tapiología, término poco científico pero muy útil que designa, entre algunos de sus colegas, a la disciplina cuyo objeto son las tapias (también muros, paredes y demás).

La cosa, así contada, no parece seria. Sin embargo tiene fundamento. Y es el siguiente: en las obras humanas se emplea los materiales que más a mano se encuentra. Los más abundantes y fáciles de obtener en cada territorio. Basta observar esas obras -casi siempre de otros tiempos­- para deducir la geología del lugar. Sirvan de ejemplo estas imágenes:

Tapia levantada en Abadía (Valle del Ambroz. Norte de Cáceres, Extremadura). Este pueblo se asienta en un terreno arcilloso con afloramientos de pizarra. Pues bien: la arcilla del lugar sirvió para pegar esas lajas horizontales de pizarra negruzca. ¿Y las piedras redondeadas y blanquecinas?. Son cantos rodados de granito, roca que no existe en aquel lugar…pero sí en las cercanas montañas de la Sierra de Béjar, de donde fueron arrastradas por el río Ambroz hasta depositarlas en sus orillas junto al pueblo de Abadía. Total, que cuando se construyó esta tapia: allí estaban los materiales listos para su empleo.


Arquitectura de adobe en Pesquera de Duero (Valladolid. Castilla y León). El adobe es un ladrillo de barro que caracteriza las construcciones de paisajes en que abunda la tierra arcillosa, que al secar se compacta y adquiere notable resistencia. Fue un recurso muy empleado a falta de piedra o complementado con ella. Estas arcillas rojas, muy comunes en la Meseta, proceden de la degradación de la roca caliza también existente allí.


Esta otra obra corresponde al ábside de una iglesia románica en el Valle de Boí (Lérida. Cataluña). Aquí todas las piedras fueron trabajadas dándoles forma y emplazamiento: granito en la base (grisáceo), pizarra en los remates (negruzca), y toba o tosca caliza (parda) tallada en arcos y en cenefa sobre ellos. Tres tipos de roca que nos hablan de la geología de ese valle pirenaico.


Cuanto de menos recursos (y energía) externos se dispone, más se reutiliza -y enriquece- el propio paisaje. Es una lección de economía y ecología que numerosas especies aprendieron (pienso en nidos o termiteros)…y que algunos humanos estamos olvidando demasiado pronto.


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11 comentarios:

Jesús Dorda dijo...

Hola Javier,
Pues estarán sordas como una tapia, pero no mudas, porque tienen mucho que contarnos.
Al interés meramente geológico y etnológico hay que sumar acontecimientos históricos como aquellos muros reconstruidos a partir de fortalezas de tiempos pasados.
Y lo que supongo que dejas para próxima ocasión, todo el mundillo biológico que trepa, cuelga o vive sobre y a la sombra de las tapias.

Javier 16 dijo...

Pienso que, fue el auténtico momento del hombre conviviendo con la naturaleza. El hombre artesano, pensador, creativo, austero y sobre todo; integrado en el paisaje.

Me gusta perder la mirada en las crestas montañosas, las algodonosas copas de los pinos y como no, las maravillosas ruinas de lo que fueron obras útiles siglos atrás. Todo, conjugado en el conjunto de la naturaleza y sin alteración alguna.

Increíble.

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

Hola Jesús, y hola Javier.

En realidad, la tapiología nos acerca al paisaje desde la mirada y las manos de quienes lo han modelado siglos atrás...¡Tiempos aquellos! (aunque no mejores en todo)

Las medidas de estas obras humanas se medían en dimensiones naturales: siendo útiles a sus promotores, integrándose en el territorio y dando hábitat a otros seres vivos.

Seguiremos hablando de estos temas, tan constructivos.

Máster en nubes dijo...

Toda la vida pensando que me encantaban las tapias y no sabía que había una disciplina como la tapiología ;-), me matriculo ya.

Me ha encantado, Javier, y la de las amapolas también. Gracias por tu visita, vendré a verte otros días.

Un abrazo

Aurora

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

Muchas gracias, Máster en Nubes, por apuntarte al cursillo de tapiología...espero que nunca te resulte ladrillo.

Vuelve cuando quieras a El Último Rincón. Siempre serás bienvenida, Aurora.

Javier

Lienzo tierra dijo...

Qué interesante la entrada y vuestros comentarios. Me encanta haber descubierto vuestros blogs, voy a aprender mucho ;-)

Muchas gracias por tu visita a mi blog, es un honor.

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

Encantado, Mamen, de que te asomes por este tu/nuestro Último Rincón, siempre a la vuelta de la esquina.

Un honor, para mí, es tener qué contar y a quién contárselo.

Saludos.

Fernando Avila dijo...

Hola Javier:

Abrimos la muralla y damos entrada a la información, a la divulgación y a las ganas de aprender. Gracias a estos blogs y al universo de internet, ya no hay tapias, muros ni murallas que limiten el conocimiento humano y la posibilidad de compartir ideas y sabidurías.

Muchas gracias por acercarnos a esos otros paisajes que no son de postal pero que nos enriquecen y nos permiten acercarnos a la Naturaleza desde otras perspectivas.

Con el recuerdo de todos esos años de viajes y vivencias con José Luis Deltell cuando la tapiología nos abría esos otros mundos geológicos.

Un abrazo,

Fernando Ávila

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

Muchas gracias, querido Fernando, por tus palabras y por esos recuerdos tan apreciados por nosotros (seguro que también por el amigo José Luis) de cientos de paisajes compartidos entre el descubrimiento y la admiración.

Estas tapias y murallas nunca sirvieron para separarnos de nada, al contrario, son un nexo con anteriores generaciones y con la Naturaleza de todos los tiempos (incluidos los geológicos).

Otro abrazo.

Josélez dijo...

Interesante aportación, la de la tapiología, y muy divertidas las metáforas (y acertadas).
Muy bueno tu blog, se nota que te lo curras, como dicen por aquí es bueno para aprender . Siempre me han encantado las tapias y los muros.
Como ya te he dicho, enhorabuena, sigue deleitándonos con fragmentos de paisajes y naturaleza, que tenemos hambre de conocer más.
Un saludo.

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

Muchas gracias, Joselez. Se hace lo que se puede, además de muros y tapias.

¿Quién nos iba a decir que acabaríamos aprendiendo en un rincón y mirando de cara a la pared?

Bienvenido a El Último Rincón. Otro saludo.