miércoles, 28 de julio de 2010

PAISAJES TRASPLANTADOS: chumberas

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En una escena de la memorable película "Ágora", de Amenábar, aparece una chumbera en la ciudad de Alejandría…¡Mil cien años antes del descubrimiento europeo de América!


La chumbera (Opuntia maxima), cactácea originaria de Méjico, se conoce allí también como tuna, tunal o nopal. Un siglo después de que Colón pusiera pie en las Indias Occidentales crecían en España algunas chumberas traídas por los navegantes. Luego debieron extenderse con rapidez por el litoral mediterráneo, pues antes de 1764 el botánico Quer observó su presencia en Cataluña, Valencia, Murcia y Andalucía, donde afirmó que vivía “como en patria propia, de tal manera que se forman árboles”. Concluyendo el siglo XVIII ya era una planta popular en España. Aquí aún se cultiva por sus frutos -los higos chumbos- o para establecer setos vivos muy disuasorios. Crece también asilvestrada en zonas áridas de la mitad sur peninsular, a menudo con profusión en paisajes del litoral mediterráneo y de Canarias.


En más de una ocasión, conquistadores y exploradores españoles recurrieron a ellas como único alimento en los enfrentamientos con los indígenas americanos. A buen seguro, más de uno se alarmó creyendo orinar sangre tras saciarse con esos frutos (tunos o chumbos) que contienen una materia colorante roja o anaranjada capaz de teñir la micción.


En México los españoles conocieron un tinte prehispánico que se pagó muy caro en Europa: el colorante grana cochinilla, pigmento animal rojo intenso y muy duradero que revolucionó el sector textil del Viejo Mundo. La cochinilla Dactylopius coccus, insecto que vive a costa de la planta, era recogida y secada al sol para obtener el apreciado tinte rojo de grana que pasó a ser uno de los más valiosos recursos extraídos de América…hasta que las colonias dejaron de serlo.


La pérdida de aquellos territorios ocasionó la búsqueda de terrenos nacionales en que implantar el cultivo de la cochinilla. Este recurso y su paisaje agrario de chumberas se afianzaron en algunas localidades españolas, mayormente en Canarias y especialmente en la isla de Lanzarote desde 1835, catorce años después de la declaración de independencia de México. Las chumberas se extendieron por todo aquel archipiélago y Canarias pasó a ser el mayor productor mundial.


De este modo, las chumberas alcanzaron en España más valor por sus parásitos que por sus frutos. La cochinilla fue instalada en cultivos de una variedad de chumbera sin espinas para abastecimiento del tinte rojo de grana, o ácido carmínico púrpura, empleado también en la elaboración de productos alimenticios (colorante E-120), fármacos y cosméticos. Pero el posterior desarrollo de tintes sintéticos, más baratos, cambió aquel floreciente panorama. No obstante, las plantaciones de chumbera para cochinilla pueden recuperarse pues el colorante del insecto es muy adecuado e inocuo en uso alimentario y cosmético. Tampoco olvidemos el cultivo ecológico de higos chumbos y su manufactura en mermeladas o incluso el ensayo en Almería de cultivos destinados a generar etanol como combustible de automóviles.


Las aparentes hojas de la chumbera, palas carnosas verdes y aplanadas, son en realidad ramificaciones del tallo dotadas de clorofila y diseñadas para contener más del 90% de agua. Las verdaderas hojas -muy reducidas y estrechas- brotan cuando la pala es pequeña y tierna, pronto se secan y desprenden apareciendo en su lugar las espinas. El llamativo aspecto de las chumberas y su abundancia donde se establecen explica que se las tenga erróneamente por plantas propias de cualquier paisaje árido del mundo...lo que nos lleva de nuevo a la escena de "Ágora", película rodada en Malta, isla en que también se introdujo la grana cochinilla y en cuya moneda figuró hasta 2008 la chumbera.


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28 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Hola Javier!
Ya te estaba pasando lista, que has tardado mucho en "postear" nuevamente.

Pues tratas un tema que me es familiar, como bien dices aquí en las islas hay muchas chumberas. ¿Sabes? Hay un barrio, dentro de la capital, que se llama así, el barrio de Chumberas.

Cuando era pequeña me encantaba y me ponía morada a tunos indios (llamamos así a los tunos rojos). También te diré que en la isla vecina (tenerife) a los tunos los llaman "higos picos" (y tiene su lógica no crees?).

La cochinilla y toda su larga historia ya me la conocía, de pequeña jugábamos mucho con su tinta y más de un ropa estropeamos de tanta mancha.

Si, me trae buenos recuerdos. Hoy en día nos movemos más por la urbe y no vemos tan a diario como antes, pero si que hay , mires por donde mires a poco que te fijes un poco....

Gracias por compartir tanta información con nosotros, siempre aprendemos cosas nuevas y recordamos otras.

Un beso.

Fernando J. Feliu dijo...

La verdad es que tanto en las zonas costeras del Mediterráneo como en las islas Canarias, son una auténtica plaga, que compite en muchos casos con la vegetación autóctona. Lo peor es que crece en zonas inaccesibles, lo que puede dificultar su erradicación, al menos en Parques Naturales y zonas donde no deberían estar.
¡Excelente entrada!

Un saludo.

Javier G. Pérez dijo...

Un placer como siempre, leerte Javier. Increíble la historia de las chumberas y sobre todo, el penoso destino de las desgraciadas cochinillas. Otra cosica más para la estantería del saber. Muy currado como siempre.
Aún recuerdo desde hace mucho tiempo, el primer fruto que comí antes de que me advirtieran de la molestia brutal que suponía para la boca y lengua no limpiar correctamente las finas e inapreciables púas que se apretaban en pequeños grupos. El higo era buenísimo pero, las consecuencias molestísimas.

Saludos.

Ars Natura dijo...

No creo que sea tan sorprendente que pudiera haber una chumbera en Alejandria 1.100 años antes. Cuando Colon fue al otro lado del Atlantico ya sabia lo que se iba a encontrar, no era el primero que llego a tierra "americana". Solo fue para hacer oficial el descubrimiento y asi poder añadirselo al reino español.

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

Tranquila, Neli, que aquí estoy de nuevo, si acaso con más calma gracias a unas vacaciones de esas de olvidarse del día en que vivimos...
Agradezco mucho la información que aportas sobre las chumberas en Canarias. Son Cactáceas tan ligadas a la historia de vuestras islas que algunos peninsulares están convencidos de que las chumberas son parte de la vegetación natural del archipiélago.
Otro beso para ti.

Ciertamente, Fernando, el peligro de estas plantas tan fácilmente aclimatadas es que en ocasiones llegan a naturalizarse y competir ventajosamente con especies autóctonas. La agricultura tiene una gran parte de responsabilidad en casos como este.
Gracias por tus palabras. Recibe otro saludo.

Parece, Javier, que las chumberas se rodean de aparentes contrasentidos: su cultivo para beneficiar a un parásito al que se mata para obtener beneficio, o esos higos chumbos tan deliciosos como peligrosos...que evidentemente no generó la planta para satisfacer las apetencias de Homo sapiens, especie que sin embargo ha favorecido su dispersión.
Muchas gracias por tus palabras, y cuidadín con los higos chumbos (no vayan a ser chungos)
Saludos.

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

En efecto, Ars, una cosa es el descubrimiento oficial de América para el mundo europeo y otra es la colonización de poblaciones europeas en algunos enclaves americanos.
Respecto a lo segundo, sólo me consta lo que hasta ahora se sabe: que una expedición de Erik el Rojo llegó hasta Groenlandia a finales del s. X y habría establecido colonias allí, y la existencia del pequeño asentamiento vikingo de L'Anse aux Meadows en Terranova (Canadá) datado hacia el s. XI.
Hasta el momento, no hay más. De modo que todo esto sucedió unos 600 años después de la historia contada en la película Ágora (s. IV-V). Por otra parte, suponiendo la remota posibilidad de que las chumberas hubieran llegado de algún modo hasta la Alejandría de la película, sería lógico que tal planta se conociera y utilizara, se comiera sus frutos o incluso se cultivara la cochinilla para el colorante…No existen referencias históricas al respecto. Y por si esto fuera poco, también sería lógico que, al menos, los musulmanes hubieran traído desde allí la chumbera a la península ibérica, tuvieron tiempo desde el s. VIII hasta el s. XV…y nada de nada, no hay referencias de la planta hasta después del descubrimiento oficial de América (1492)
Saludos.

Ars Natura dijo...

Vaya repaso que me has dado... Sabia lo de los vikingos y que los portugueses hablaban de tierras que habia al otro lado del oceano antes de que llegara el señor Colon.

Bueno, voy a ver Agora (que todavia no la he visto) y a pensar si pudieron ser entonces los Atlantes, ummm......

Pilar dijo...

también me resultan a mí familiares, estas chumberas...
aquí en el cortijo, andan sembradas, rodeando las huertas, y menudos setos pinchudos que son, jajajaja...
pero no me extraña nada lo de la película, y la de gazapazos que habrá por ahí... pero si llenan de pamplonicas la maestranza ;)
saludos y bienvenido de nuevo, después de tus fantásticas vacaciones¡¡¡

Mabel G. dijo...

Hola Fco. Javier, ya se te echaba de menos, pero leí que estuviste de vacaciones y eso es muy
bueno !!!
Hablando de la chumbera, tengo un dato interesante acerca de esta plantita, tal vez ya lo sepas, y es muy australiano, mira, te cuento:
La invasión más agresiva de una planta en un país, la chumbera (Prickly Pear) tuvo lugar en Australia .
Los registros apuntan que en 1839 una sola chumbera florecida con flores amarillas fue introducida en el país, y para el año 1914 había cubierto 60 millones de acres tan densamente que era imposible hacer algo valioso en estas tierras (Queensland y New South Wales)
Nada respondía, ni maquinarias, ni productos químicos, nada paraba la invasión de la chumbera.
Se creó entonces el Directorio de la Chumbera (Commonwealth Prickly Pear Board)
La búsqueda de métodos biológicos para el control de las Chumberas llevaron a los investigadores a viajar hasta Sudamérica en busca de soluciones.
Ellos, según dicen en Australia, encontraron el “cactoblastis cactorum", que es en realidad una oruga que come solamente cactus.
El bichito hizo un trabajo excepcional, pero en esos años, no podían “criarlo” ya que se necesita calor y mucha humedad constante para poder reproducir.
Parece ser que éste fue el primer control entomológico que se realizó en el planeta, según tengo entendido, por lo que se dice en Australia.
Luego, con el tiempo, y gracias a esfuerzos increíbles para la época (casi 100 años atrás) pudieron obtener huevos de los cactoblastis cactorum y todo volvió a la normalidad.
Pero están siempre alertas y está TOTALMENTE PROHIBIDO tenerla en casa o cualquier otro sitio. ¡te imaginás ! después de semejante susto.
Un abrazo Fco. Javier y feliz fin de semana!

marce dijo...

Hola, Javier. Sin duda el movimiento de las plantas con el hombre nos hizo mejorar, pero desgraciadamente al final hacen algo más que tinte o, el fármaco de turno. Por mecanismos que a veces adivinamos tarde se expanden y colonizan otros lugares desplazando un sin fin de plantas autóctonas. Es el caso de Carprobotus edulis y como se está moviendo en nuestras playas.

Qué pasó con la revista Biológica ? una gran revista que desapareció sin dejar rastro, ahí queda Quercus manteniendo el tipo.

Saludos naturalistas.

Fàtima T. dijo...

He llegado a este blog a través de otros blogs afines y es la primera vez que dejo un comentario.

Como aficionada que soy a la montaña y a la naturaleza en general, los espacios como éste no me dejan indiferente, así que ya está guardado en mi lista de favoritos para volver a él tantas veces como decida consultar esta carpeta.

Descubrí los higos chumbos no hace mucho y fue hace apenas tres veranos en la isla de La Palma, alias isla bonita. Crecen por doquier al borde de las carreteras, anclados en cualquier roca, igual como crecen las adelfas, los rosales y las campanillas. La isla bonita es un jardín, hierba “mala” de categoría en cualquier predio, un vergel de paisajes a cual más pintoresco conviviendo en una superficie de menos de mil metros cuadrados. Detuvimos el coche en la cuneta y recogimos con cuidado algunos de esos higos que la isla parecía ofrecernos generosamente, maduros y rosados como el vino, dulces como el verano.

Las extensiones de cactáceas se parecían enormemente a las de las fotos de este blog y por un momento me pareció que estaba reviviendo aquel verano del que conservo un recuerdo enormemente grato.

Saludos, seguiré visitando este blog.
Me ha gustado mucho.

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

Gracias, Pilar, por tu comentario y tu bienvenida. Supongo que en el cortijo sacaréis muy buen provecho de las chumberas.
En cuanto a los gazapos cinematográficos, tienes mucha razón. Lo de la chumbera de Ágora se queda corto comparado con toda un larga lista en la historia del séptimo arte. Los campeones en esto suelen ser producciones Made in USA.
Saludos veraniegos.

¡Claro que sí, Mabel! ¡Las vacaciones son uno de los mejores inventos!
En cuanto a lo que apuntas de la chumbera como planta invasora en Australia, simplemente detallar que en aquel caso se trató fundamentalmente de Opuntia stricta,
especie incluida dentro de la lista de las 100 peores especies invasoras del Mundo (IUCN). La chumbera de la que trata esta entrada (Opuntia maxima, antes conocida como Opuntia ficus-indica) es bastante más alta, se naturaliza con facilidad en ambientes áridos o semiáridos aunque no resulta tan invasiva.
Agradezco muchísimo tu interesante aportación y tus comentarios.
Otro abrazo para ti y feliz fin de semana...y próxima semana.

Hola, Marce. Lo que apuntas es sin duda la cara y cruz del mismo proceso: el descubrimiento de especies y sus utilidades asociado a su implantación en nuevos hábitats en campos de cultivo o jardines que facilitan la aclimatación e incluso la invasión. A pesar de que algunas plantas sean realmente hermosas (como sucede con Carpobrotus edulis) no queda más remedio que erradicar las poblaciones invasoras lo antes posible.
Por otra parte, la revista Biológica desapareció tras su última etapa en el seno del grupo editorial América Ibérica, grupo que afortunadamente aún mantiene viva a Quercus, la decana de las revistas naturalistas. Parece que se apagó el apogeo de estas publicaciones (tienden a bajar sus ventas en quiosco y los ingresos por publicidad)...tal vez los blogs están ocupando su lugar.
Saludos naturalistas también para ti...¡Y bienvenida!

Me alegra mucho, Fátima, que te hayas dejado caer por aquí con comentario incluido.
Los chumbos son una delicia...más aún si tu memoria los asocia a parajes tan gratos y diversos como los que guarda la isla de La Palma.
Las imágenes de esta entrada no corresponden a Canarias sino a Almería, y demuestran hasta qué punto las chumberas hacen paisaje en muy diversos rincones del mundo.
Saludos para ti. Bienvenida, gracias y hasta pronto.

Fàtima T. dijo...

Gracias a ti, Francisco Javier.
Me doy cuenta de que me bailaron las cifras al describir las dimensiones de la isla y dije metros donde debía haber dicho kilómetros.
Los higos chumbos son una delicia, ya lo creo que sí...
Un abrazo.

Lluís Sogorb dijo...

Como siempre, una entrada de lo más completa, tanto en texto como en imágenes. Por donde yo vivo la chumbera va asociada casi siempre a los castillos que construyeron los árabes, por lo que hay mucha gente que piensa que fueron ellos los que trajeron tan curiosa planta.
Por cierto, si se conoce la destreza de nuestros mayores para comer su fruto, te puedo asegurar que los puntiagudos pinchos no suponen ningún problema. Y es que ya se sabe, que la necesidad agudiza nuestro ingenio y, nuestra gente mayor no le hacía ascos a nada hace unos años, cuando eran unos mozalbetes. Un saludo

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

Gracias por tu comentario, Lluís. Es interesante esa asociación entre las chumberas y los castillos construidos por los musulmanes, alguna causa debe haber, aunque no fueran ellos quienes trajeran la planta a la Península.
Desde luego, en otras épocas se las apañaban para aprovechar todos los recursos...por mucho que pincharan. El sabor de los higos chumbos compensa su hostilidad.
Un saludo.

Jesús Dorda dijo...

Uno de los recuerdos de las vacaciones de mi más tierna infancia, en San Pedro del Pinatar, Murcia, es la voz de un vendedor ambulante anunciano "Hay higos de pala". Pues así los llaman en esa zona.
Andaba este hombre en bicicleta y entregaba los higos pelados en el momento.
Desde luego como seto y refugio para la pequeña fauna no tiene rival, ¡cualquiera lo atraviesa!
A su sombra han sobrevivido tortugas de tierra y otros reptiles interesantes, pero no dejan de ser especies invasoras.
Pitas, chumberas y carpobrotus han pasado a formar parte de nuestros paisajes y parece que siempre estuvieron ahí.

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

Así es, Jesús, las chumberas nunca pasan desapercibidas y muchas veces quedan ligadas a algún recuerdo de nuestra vida. Seguro que disfrutaste mucho con aquellos "higos de pala" mientras perseguías bichos.
Las chumberas (también los Agave y Carpobrotus) son un interesante cultivo en zonas áridas o semiáridas, pero hay que mantenerlas a raya para que no "se salgan del tiesto".
Gracias y un abrazo.

Domingo dijo...

Fenomenal descripción de los higos chumbos Francisco Javier. Todavía se ven vendedores aquí en el pueblo.En la plaza,en las calles y en la playa con este sarcástico pregón, ¡¡ Niña parto los higos y los pongo fresquitos !! gracias a Dios todavía esto es presente en Barbate. Buena observación lo de la película de Ágora. Un cordial saludo.

Hana dijo...

Lindooooo, cada imagem msotra seu coração seu amor pela natureza, adoro seu espaço.
com carinho
Hana

Rosan dijo...

olá.
já conhecia esta historia das cochonilhas, que são uma verdadeira praga para as plantas.
aqui no Brasil está planta chumbera ou tuna tem por toda parte, eu gosto muito dos frutos.
No Nordeste do Brasil, é conhecida também como palma, e é cultivada para servir de alimento ao gado e as cabras, em períodos de grande seca, as folhas são picadas ainda jovens e é o que mantem os amimais vivos, neste periodo.

beso

Hana dijo...

Ola que tal, como esta amigo, vim te ler, estas imagens são belissimas, mas não consegui ler muito não rs, pois entendo muito pouco espanhol.um grande abraço p/ vc,

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

Gracias por tus palabras, Domingo. Veo-leo que tenéis higos chumbos (y guasa) para rato y eso está bien porque le da sabor a la vida.
Otro saludo para ti.

Agradezco mucho tus amables palabras, Hana. Y me alegra que sigas visitando este rincón.
Muito obrigado. Com carinho, otro grande abraço.

Olá, Rosan. Muchas gracias por tu visita y por la información, especialmente por el uso de las chumberas como alimento para el ganado en época de seca o sequía en el nordeste de Brasil. Otro beso para ti.

Anónimo dijo...

Muy buenas, Javier.

Tardó, sin duda, la entrada y mereció la pena la espera. Sin embargo regresaste en un momento flojo para mí y tardé aún más en reencontrarla, así que la tardanza se extendió demasiado.

Me ha encantado, en todo caso, cómo nos describes la historia de la chumbera (que ofrece uno de mis frutos preferidos de la temporada estival, podría morir comiendo chumbos, jejeje) y la de la cochinilla sufrida que ya conocía pero que nos descubres con gran maestría.

Dicho esto, voy a releer la entrada de nuevo porque realmente lo merece.

Saludos.

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

Muchas gracias, Trotalomas, por acudir a este rincón repleto de chumberas y de dulces frutos. Sírvete cuantos quieras.
Saludos también para ti.

Lienzo tierra dijo...

Decirte que Túnez, donde he estado estos día está plagado de chumberas. Las plantan en fila, tal como aquí vemos plantados los huertos. Y también las usan para frenar en avance de la arena hacia la carretera. Los frutos los venden. ¿Tú crees que tendrá algo que ver también el tinte de la cochinilla? ¿Las introdujeron españoles o árabes allá? Uy qué de preguntas. El caso es que me llamó mucho la atención. No faltan por ninguna parte del país, supongo que por su buena adaptación a terrenos áridos.

Iba a dejar el mismo apunte que Jesús, yo que veraneé también muchos años infantiles en San Pedro del Pinatar, allí en Murcia se llaman "higos de pala". Y bien ricoss!!! ;)

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

Hola Mamen. Me alegra saber que has disfrutado de una descansada estancia entre las chumberas tunecinas.
Está claro que es una planta muy adecuada para su cultivo en medios áridos...siempre que se limite a esos cultivos.
Su utilidad y gran adaptación al calor y la sequedad favorecieron enormemente que se extendiera por el mundo mediterráneo siendo España su primer lugar de desembarco transatlántico. Desde entonces ha podido dispersarse de muy diversas maneras. Tal vez los musulmanes españoles (andalusíes) tuvieron que ver con su propagación por Marruecos y países cercanos.
En cuanto a la cochinilla, Túnez no figura entre los principales países productores, aunque sí en las listas de productores mundiales de higo chumbo, pero sin ser exportadores.
Saludos y bienvenida.

Fernando Avika Vico dijo...

Hola Javier:

Aunque ya cenado me invito a saborear una entrada de chumbos. Pincho en tu blog, después de algún tiempo, con ganas de disfrutar de tus palabras y de tus conocimientos.
Recuerdo en mi estancia lanzaroteña, hace ya muchos años, que leí historias sobre las tuneras, que así las llaman a las chumberas en la isla conejera. Contaban que fueron los romanos los que las trajeron y las cultivaron para obtener ese tinte rojo intenso que usaban para teñir sus mantos y túnicas. Siendo las cactáceas plantas del Nuevo Mundo, no me podía imaginar las naves romanas surcando el Atlántico con sus velas y remos.
Siempre recuerdo esta historia cuando veo un bitter Kas o una bebida de granadina, cuyo color procede de la pobre cochinilla.

Además, en Lanzarote se puede visitar un interesante jardín de cactus, en el que muchos turistas creen ver un compendio de la flora autóctona canaria.

Un abrazo,

Fernando Avila.

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

Haces muy bien, Fernando, en tomarte esos chumbos mientras visitas el blog.

Parece mentira la cantidad de leyendas que se generan remontando todo tipo de cuestiones a los romanos (cuando no a los árabes). Difícil es que los romanos llegaran a Canarias y sólo dejaran como vestigio de su civilización las tuneras. No obstante, en su época poseían otros tintes naturales para obtener colores semejantes, como es el caso de las agallas de la coscoja...una planta que encaja mejor en esa historia.

En cuanto al espléndido Jardín de Cactus de Lanzarote, está bien acompañado (lo estaba cuando lo visité) por plantaciones de tuneras con cochinilla.

Otro abrazo fuerte para ti.