Biodiversidad en eriales y solares de ciudad
Entre los edificios, aceras y asfalto de las ciudades, persisten territorios de Naturaleza. Solares en que florece una inimaginable biodiversidad, superior incluso a la de parajes menos artificiales.
Solar urbano con floración de Cardaria draba. Crucífera nitrófila tolerante a la salinidad del suelo.
Los solares urbanos son asiento de plantas ruderales, capaces de prosperar sobre escombros o entre ruinas de viejas construcciones. Son refugio de plantas que también medran entre cultivos, en barbechos, bordes de caminos o riberas inundables de los ríos. Lugares donde suelen coincidir: movimientos más o menos drásticos del terreno, en intervalos no muy dilatados, y acumulación de materia orgánica (en buena medida relacionada con el hombre o su ganado).
Matacandil (Sisymbrium sp.). Crucífera anual de bordes de camino y terrenos removidos.
Además, las ciudades son nudos primordiales en el transporte de mercancías, entre ellas: plantas de jardinería y semillas procedentes de cualquier lugar del mundo. Una parte de ese trasiego vegetal acaba, de un modo u otro, accediendo a los solares urbanos donde algunas especies arraigan y florecen.
Tabaco silvestre, tabaco amarillo (Nicotiana glauca). Solanácea de Bolivia, Paraguay, Uruguay y Argentina. Arbusto que supera 2 m de alto. Colonizadora e invasora en ambientes áridos y semiáridos de España, incluidos los solares urbanos.
No obstante, la biodiversidad no es igual en cualquier sector de una urbe. Aumenta del centro de la ciudad hacia sus bordes, pero disminuye donde lo urbano se transforma en rural.
Vinagrillos (Oxalis pes-caprae). Oxalídácea de Namibia y Sudáfrica. Invasora de campos, bordes de caminos y solares urbanos en el sur de España.
También se constata una mayor biodiversidad floral en los solares actuales comparada con el pasado. La globalización incorpora nuevas especies alóctonas -ajenas a nuestra flora- mientras que, a escala mundial, cada vez se parecen más las listas de plantas que crecen en los solares de cualquier ciudad del mundo.
Cebadilla de ratón (Hordeum murinum). Gramínea anual abundante en terrenos removidos y nitrogenados. Forma praderas en solares urbanos.
Rasgos comunes
La mayoría de plantas de los solares urbanos responde al siguiente perfil: vegetales herbáceos –con escasas excepciones de árboles y arbustos- que suelen vivir uno o dos años desarrollándose rápidamente y en cantidad, con abundante producción de semillas que depositan y permanecen en el sustrato durante la época desfavorable. Un banco de semillas que garantiza la germinación de especies en la próxima temporada y, en algunos casos, hasta varios años más tarde.
Arenaria roja (Spergularia purpurea). Cariofilácea anual o bianual de suelos silíceos arenosos en campos y ciudades.
En la península ibérica, la flora ruderal alcanza las 300 especies de plantas, con familias prioritarias en los eriales urbanos: gramíneas, crucíferas, compuestas, leguminosas…En general, la floración de solares en nuestras ciudades destaca por la dominancia de tres colores: amarillo, blanco y rosa-malva.
Crepis vesicaria. Compuesta que habita praderas algo nitrogenadas en campos y ciudades.
Manzanilla de los campos (Anacyclus clavatus). Compuesta. Margarita anual de bordes de camino, secanos y terrenos removidos.
Malva (Malva sylvestris). Malvácea de los caminos, terrenos removidos y solares urbanos.
Sin embargo, unas pocas especies de floración masiva aportan colores menos comunes, como el rojo de las amapolas o el azul de las achicorias.
Amapola (Papaver rhoeas). Papaverácea anual de tierras removidas periódicamente, bordes de camino, cultivos, y eriales urbanos.
Achicoria (Cichorium intybus). Compuesta perenne de floración estival. Bordes de campos y caminos, campos abandonados o en barbecho, solares urbanos, sobre suelos con cierta humedad.
Extraordinarios recursos
Normalmente una multitud de malas hierbas ocupa el paisaje vegetal de los eriales urbanos. Malas o no tanto, porque sus mecanismos de supervivencia en ambientes desfavorables (movimiento de tierras, sequía, plagas, herbicidas…) y su eficiencia colonizadora, ofrecen notables recursos en la restauración de paisajes degradados. Incluso existen leguminosas ruderales que contribuyen a fijar nitrógeno regenerando suelos empobrecidos (géneros Trifolium, Medicago, Vicia…).
Rabaniza amarilla (Hirschfeldia incana). Crucífera de caminos, campos y ciudades, sobre terrenos removidos.
Otras especies son valiosos aliados en la depuración de suelos contaminados por la industria o la actividad minera. Así, la rabaniza amarilla (Hirschfeldia incana), un “hierbajo” de aspecto poco agraciado, es capaz de limpiar terrenos envenenados por metales pesados (zinc, cobre, plomo) acumulándolos en sus tejidos.
Hasta la ingeniería genética ha dirigido su atención a las plantas ruderales para identificar y aislar genes implicados en resistencia a condiciones de estrés, plagas y enfermedades. Genes que se intenta incorporar en plantas de cultivo agrícola.
Viboreras (Echium plantagineum). Boraginácea anual de flores azules y rosadas. Común en tierras arenosas de campo y ciudad.
Y, por supuesto, no debe olvidarse el papel fundamental que cumple la vegetación ruderal en la supervivencia de numerosas especies animales en plena ciudad, siendo más llamativas las mariposas y aves…y más trascendentes, quizá, su multitud de invertebrados y su invisible catálogo de microorganismos del suelo.
Cada erial o solar de la ciudad es una parcela de Naturaleza, de no poco interés. Con su peculiar flora y fauna e inusitadas relaciones ecológicas. Un aporte de biodiversidad al paisaje urbano.
Cuando desaparecen bajo el asfalto o el hormigón, no tenemos “ni flores” de lo que hemos perdido.
Lechetrezna (Euphorbia serrata). Euforbiácea perenne de campos, barbechos y caminos.
Más sobre plantas ruderales y de ciudad en:
Mario Sanz Elorza (2009)
Plantas ruderales. Una relación milenaria de amor y odio que genera conocimiento, problemas y desafíos.
Silvia Matesanz y Fernando Valladares
Silvia Matesanz y Fernando Valladares
Instituto de Recursos Naturales,
Centro de Ciencias Medioambientales, CSIC
Fcº Javier Barbadillo Salgado
enelultimorincon.blogspot.com
26 comentarios:
Saludos Javier. Juraría que comenté en tu anterior entrada.
Fantástica entrada sobre las estas plantas que se resienten a desaparecer tras los muros de bloque en las ciudades. Siempre me fijo en estas composiciones florísticas, donde se refugian plantas que parecen escapar de la guadaña, del herbicida..Siempre que veo estas formaciones me pregunto : si las dejasen cuanto tardaría en formarse un pequeño bosque?...
Saludos
Te prometo que a medida que avanzaba en la lectura de tu finísimo trabajo, se me iba agrandando una sonrisa allende mis orejas, y hasta casi tocarse comisuras en la nuca; así que ya lo sabes, Francisco Javier: una vez más me has dejado patidifuso.
Caray... Te agradezco mucho, muchísimo tus esfuerzos para elaborar artículos así.
¡Menuda sorpresa de biodiversidad hay entre el asfalto!, y aunque entre escombros y solares abandonados he visto algún diente de león y alguna malva, no sabía que se pudieran encontrar tantas especies ruderales en la ciudad.
Has hecho un post magnífico, como siempre!!
Un abrazo.
Hola Javier. Ya estabas tardando en hacer una entrada sobre este tema que sé que tanto te apasiona y tanto te has trabajado.
Como menos conocedor de la botánica, siempre me han llamado la atención las "huertas" de solar, como las famosas "tomateras de culo", de evidente origen...
Y menos escatológico, es curioso como cuando una máquina remueve una porción de tierra salen plantas diferentes a las del entorno inmediato, supongo que por semillas que estaban más profundas y salen a la luz.
Uma entrada deliciosa... poética as plantas que insistem em permanecem nos lugares mais imprevisíveis!
Um encanto de relato e fotos!
Um beijo afetuoso.
Me encanta esa expresión que has usado: "Territorios de naturaleza" :).
Sí que son interesantes. Nunca me había parado a pensar en la colonización por otras especies no originarias de España, aunque claro, sucede como con los animales cuando son transportados de un lugar a otro, que alguno se acaba perdiendo por el camino.
Es un placer contemplar las flores primaverales de las ciudades.
Los verdecillos entre otros, son grandes consumidores de las minúsculas semillas de algunas de estas variedades de plantas tan abundantes.
Estoy contigo en lo de impresionarme por estas maravillas de flores formando mosaicos, a veces muy extensos, a los que poca gente mira con verdadera atracción. No son jardines de residencias lujosas pero me resulta indiscutible que su variedad y policromía no tiene nada que envidiar a sus rivales “güais”.
Desde luego Javier, cuando escarbas la tierra, te salen unas plantas sencillas pero muy interesantes. Veo que las cultivas con mucho aprecio.
Saludos.
¡Hola Francisco Javier!
Un documento precioso que nos hace ver cómo la madre naturaleza trata de recuperar en el medio urbano aquello que le hemos arrebatado, y encima nos da las gracias con la floración tan espectacular.
Un saludo.
Hola, Marce. No sé muy bien si dejando a su albedrío un solar urbano pueda regenerarse un bosque. Es de suponer que así ocurra cuando el solar está en la periferia de la ciudad, cercano a zonas con vegetación forestal autóctona. No obstante, es muy frecuente la presencia de árboles invasores en los solares más añosos. Generalmente se trata de especies alóctonas, como Ulmus pumila o Acer negundo. En zonas áridas, se lleva la palma Nicotiana glauca.
Saludos para ti y gracias por pasearte por este solar.
Pues, querido Diminuto, me alegro muy mucho de haberte provocado tan desmesurada sonrisa...para eso estamos. Para curiosear y sonreir ante la Vida.
Saludos grandes.
Sí, Montse, la naturaleza urbana es más prolífica, variada e interesante de lo que, a simple vista, parece...y para muchos es la Naturaleza que más a mano se tiene, la de andar por casa.
Agradezco mucho tus palabras. Otro abrazo para ti.
¡...Si es que me conoces como si me hubieras criado en un acuaterrario, Jesús!
Ganas tenía de traer hasta aquí algo de lo que -hace más de 20 años- tanto me sedujo de las grandes ciudades: su Naturaleza.
A eso de las huertas de solar, con "tomateras de culo", añadiría las "berzas de solar" que (en el Norte peninsular) suelen perdurar por sí mismas tiempo después de que una huerta haya pasado a convertirse en solar urbano.
En cuanto al afloramiento de semillas tras la remoción del terreno, es clásico el caso de Londres, en cuyos solares urbanos -10 años después de los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial- se observó que el número de especies existentes se había multiplicado por cuatro en relación a las de antes de la guerra. Los depósitos de semillas con larga latencia son un desafío a la imaginación...siempre hay más de lo que vemos, aunque sea en un raquítico solar urbano.
Un abrazo.
Obrigado, Teca, as suas amáveis palavras. Temos muito a aprender com as plantas sobreviventes na cidade.
Outro afetuoso beijo para você.
...Pues es más, Mamem, diría que las ciudades por entero son territorios de Naturaleza, porque al fin y al cabo somos tan Naturaleza (nosotros y nuestras obras) como cualquier otra especie. El no verlo así es lo que nos aleja tanto de la vida silvestre.
En cuanto a la colonización de los solares por especies alóctonas, es un fenómeno muy común. Esos terrenos son auténticos laboratorios-campos de batalla donde se encuentran plantas muy bien dotadas para la supervivencia...compitiendo entre sí. En esas circunstancias no importa de dónde procede cada cual.
...Y también los jilgueros, Javier, que se ponen las botas (aunque no las calcen) con las semillas de los cardos en los solares urbanos.
Siempre he pensado que los mejores jardines en la ciudad -los más ecológicos y de menor coste- se obtendrían manteniendo limpios de basura los solares, y segándolos de vez en cuando.
Muchas gracias por tus comentarios. Te regalo, con mi saludo, un ramillete de hierbajos urbanos...de lo más floridos.
Tienes mucha razón , Fernando, si supiéramos percibir con más frecuencia lo generosa que es la Naturaleza con nosotros...seríamos más conscientes de cuánto le debemos (la Vida misma). Y eso también es posible en medio de las grandes ciudades.
Agradezco tus palabras y te envío mi amistoso saludo.
Saludos.
Por aquí aparcen parte de las plantas que nombras, además, la calistegia silvatica, entre otras.
Dentro de estos solares, el árbol que aparece es el nogal común, el regia. Supongo que si la sucesión se ve colonizada por la silva ( rubus ulmifolius), acabarían los pájaros llevan allí algún que otro sauce común y porque no, el carballo. Esto, como bien sabes es dificil de valorar, depende del tipo de suelo, su humedad, etc,,,
Gracias por tu inteligente respuesta.
un abrazo.
Sabes Fco. Javier que siempre me fijo en esa Naturaleza que se escapa a través del concreto y en lugares que no "debería" estar, pero ella se hace presente. Y no hay cosa más hermosa que su grito de ¡AQUI ESTOY! ¡NO ME HAN VENCIDO! y llena los lugares de colores.
Gracias por tu post, amigo.
Un abrazo.
Hola, Marce. Por el centro peninsular es más común encontrar a la correhuela (Convolvulus arvensis) colonizando solares urbanos. Al igual que Calystegia sylvatica, es otra convolvulácea con tendencias invasoras. En cuanto a presencia de nogal, aquí -si acaso- aparecen espontáneamente almendros (otro árbol foráneo) en solares añosos o que derivan de antiguos campos de cultivo.
Zarzas no faltan, por supuesto, y sin duda atraen a insectos y aves, y protegen el crecimiento de otras plantas.
La sucesión secundaria hacia el bosque es difícil y lenta, y en estos solares urbanos (al menos con el clima del interior peninsular) no suele dar tiempo a ello...porque antes han desaparecido asimilados al hormigón, los ladrillos y el asfalto.
En general, me inclino a pensar que antes de regenerarse el bosque climácico, en estos solares se tiende a generar una vegetación "sui generis" en que las plantas alóctonas invasoras (incluidas leñosas) llevan las de ganar.
Gracias por tus comentarios. Te envío otro abrazo renovado.
...Claro, Mabel. La Naturaleza, en realidad, está en todas partes...porque es cuanto existe (incluyendo muchas circunstancias que no nos gustan). Las ciudades son tan sólo una manifestación más de la Naturaleza, expresada a través de los humanos (naturales, por muy urbanos que nos creamos).
Gracias. Otro amigable abrazo para ti.
Asombrado por tamaño documento. Gracias miles por tu generosidad y acierto. Un aplauso grande.
Hola Javier
te había perdido, bellas las flores y tu comentario , maestro . mil gracias abrazos.
llevo unos cuantos días estudiando flora ruderal por Madrid, así que ésto me ha venido de perlas, hay más de un loco!
un saludo!
Gracias a ti, Ramón, por tus generosas palabras...y otro gran aplauso para tu blog Naturaleza diletante.
Hola, Maelgi, me alegra mucho este reencuentro entre las flores de las ciudades.
Otro millar de gracias a ti, y mis abrazos.
Cantin, ojalá fuéramos muchos locos más paseando por esos solares en flor. Seguro que te encontrarás alguna sorpresa entre las ruderales madrileñas...que aquí hay gente de todas partes.
Otro saludo para ti y muchas gracias por tu amabilísimo comentario.
Gracias, si que es más dificil de que se de ese fénomeno hacia el bosque climax. Aunque siempre hay casos sorprendentes.
Saludos y buen día.
...No hay de qué, Marce. No digo yo que no sea posible en algún caso la recuperación del bosque climácico (o alguna etapa próxima) en solares urbanos, pero depende del clima (lo facilitan aquellos en que predomina suficiente humedad y temperatura a lo largo del año), del suelo (su composición y alteración), de la ausencia de invasoras leñosas que puedan impedir la reinstauración de los árboles originarios, e incluso del tipo de dispersión de las semillas de esos árboles (siempre sería más factible en relación a especies que se dispersan por el viento, el agua, o las aves).
Saludos para ti, en otro estupendo día.
Enhorabuena por la entrada.
Toda la primavera han estado estas plantas a la vista y es de agradecer que alguien las fotografíe y las nombre.
Una maravilla de flores que, a veces, viene bien mostraralas de manera distinta para poder verlas.
Saludos
Hola Fco.Javier, deseo compartir contigo un premio recibido. Puedes buscarlo en mi blog.
Un abrazo y gracias por tus enseñanzas.
En mi blog hay un premio para ti.
(estaba segura que este mensaje te lo había mandado ayer)
Un abrazo.
Es cierto, Riomoros, estas plantas son tan comunes, tan cercanas, que a veces ni se repara en ellas y en el valor que aportan a nuestros espacios urbanos. Es bueno mirarlas con otros ojos y disfrutar su presencia cada primavera.
Muchas gracias por tus palabras.
Saludos para ti.
Perdona, Mabel, que no diera señales de vida...me escapé unos días a la montaña (que psicológicamente es como irse a otro planeta).
En primer lugar te felicito sinceramente por el premio que te han otorgado y que sirve para reconocer la energía de una infatigable luchadora por un mundo mejor.
Y, por otra parte, agradezco mucho que te acuerdes de este rincón bloguero para compartir el premio.
Muchísimas gracias por tus palabras y tu cercana presencia.
Otro amigable abrazo para ti.
Hola Fcº Javier, todavia la naturaleza insiste en recuperar su espacio, aun en las condiciones mas hostiles, ahora, tras leerte, me llama la atención mucho mas la palomilla de muro que crece con frecuencia sobre las fugas de agua y grietas de las bajantes en muchos lugares de Badalona y el trebol insistente que se adueña de las macetas de mi terraza al mínimo descuido y tambien los parques naturales de solares y obras abandonados, donde la vegetación se expresa a su manera a veces de forma exhuberante. Sorprendente e innovador este punto de vista a tener en cuenta y observar. gracias¡
Un Saludo.
A menudo, Drach, solemos asociar Naturaleza con lugares remotos...olvidándonos de que nosotros mismos somos Naturaleza, al igual que nuestros hábitats más artificiales. Y sin embargo, esto no pasa por alto a otras especies que saben hacerse un hueco hasta en el más insospechado resquicio urbano.
Gracias por tu visita. Otro saludo para ti.
Me ha gustado mucho este trabajo. tengo que hacer yo uno sobre este tema pero en mi pueblo, espero que me quede tan interesante.
Seguro que encuentras especies interesantes, Reme. Las plantas ruderales tienen mucho que enseñarnos.
Muchas gracias por tu comentario, y ánimo con ese trabajo.
Saludos.
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